El mundo se ha olvidado de los refugiados y a los ha dejado a su suerte, asegura la tía de Aylan Kurdi, el niño refugiado muerto en 2015 cuando intentaba cruzar el Egeo con sus padres hacia Europa huyendo de la guerra en Siria, y cuya imagen de su cuerpo sin vida en una playa de Bodrum (Turquía) se convirtió en todo un símbolo que hizo despertar la conciencia de Occidente sobre la mayor crisis de refugiados que ha vivido el mundo desde la II Guerra Mundial.
“Ellos (en Europa) intentaron entonces ayudar a los refugiados. Se abrieron las fronteras... Pero un par de meses después todo el mundo volvió a ocuparse de sus propios asuntos”, declaró en una entrevista con el diario turco Hürriyet Tima Kurdi, tía de Aylan, coincidiendo con el segundo aniversario de la muerte del pequeño.
“Cuando se encontró a Aylan en la playa, vi que el mundo lloraba. No puedo explicar cómo me afectó esto. No hay palabras para describirlo. Entonces, todo el mundo se sintió un poco responsable y pensó en que podría haber sido su propio hijo”, relató Tima recordando lo ocurrido hace dos años en el naufragio, en el que murieron también un hermano mayor de Aylan y su madre: uno más de los muchos naufragios que ocurrían entonces, con frágiles embarcaciones tratando de cruzar desde las costas turcas hacia las cercanas islas de Grecia.
El padre de Aylan, tras perder a su mujer y a sus dos hijos, en un principio intentó regresar a la ciudad siria de Kobane –fronteriza con Turquía y donde vivían todos antes del estallido de la guerra- pero finalmente se vio incapaz de continuar con su vida en el mismo lugar de donde había salido con su familia en busca de una vida mejor. Posteriormente se trasladó al Kurdistán iraquí a invitación personal del presidente del Gobierno Regional Kurdo de Irak, Masud Barzani, y desde entonces se sabe que vive en su capital, Arbil.
“Cuando vi la imagen (de Aylan muerto en la playa), pensé que era un mensaje de Dios. Miles de niños murieron antes, y aún siguen muriendo. Creo firmemente que Dios quería que estuviésemos juntos, unidos, que nos entendiéramos los unos a los otros, que no fuéramos egoístas y que no protestáramos por todo. La foto de Aylan era como la foto de miles de otros niños”, contó al rotativo turco Tima Kurdi, que actualmente vive en Canadá.
“Sabía que mi hermana (la madre de Aylan) planeaba realizar este viaje. Así que ese día me levanté temprano. Cuando miré en mi teléfono, vi decenas de llamadas perdidas. Me di cuenta de que había algo que iba mal, y entonces fue cuando recibí las malas noticias. Me tiré al suelo y grité. Quería gritar ‘¡Ya es suficiente!’ al mundo entero”, confesó durante la entrevista la tía de Aylan.
“Cuando visité en 2014 a mi familia en Estambul, vi muchas turcos con un corazón muy hermoso. Ayudaban mucho y sé que ayudaron a mi familia. Lo ocurrido no fue culpa de Turquía. Pero la situación era insostenible. Ellos vivían en una casa sin muebles. Ninguno de los niños podía ir al colegio porque millones de sirios habían llegado a Turquía” dijo Tima, quien durante los dos últimos años ha estado dando charlas y conferencias sobre el tema, pidiendo a la gente que se ponga en el lugar de su familia y de todos los refugiados.
“Escuché a la voz en mi corazón que me decía ‘Deberías contárselo a la gente y hacer oír tu voz’ “, explicó. “Hay algunas personas que dicen ‘Esto no tiene nada que ver conmigo, yo no he hecho nada malo’. Pero en realidad, todo el mundo es responsable de esto. Yo le pido a la gente que se imaginen a sí mismos viéndose obligados un día a emigrar de sus casas, dejando todo atrás. Les pido que se imaginen buscando una esperanza. ‘¿Qué es lo que haríais?’ les pregunto. Y les digo: ‘Hablad a vuestros políticos y ayudad a que nuestra voz se escuche’ “, añadió Tima, quien cree que pese a que en todos los países existen racistas y xenófobos, la mayoría de la gente quiere ser solidaria con los refugiados.
“Una gran parte de la gente está del lado de los refugiados. Es sólo que no quieren elevar sus voces. Llevo los dos últimos años diciendo esto: Los líderes del mundo son los únicos que pueden sentarse en torno a una mesa y poner fin a las guerras con soluciones pacíficas. Aún no hemos visto lo peor. Cuando vi esa imagen (de Aylan en la playa) hace dos años, pensé que se trataba del peor desastre en la historia del mundo, pero a medida que pasan los años vemos desastres más horribles”, subrayó Tima.
“La gente entra en pánico (cuando se habla de abrir las fronteras) y dicen que no quieren refugiados, inmigrantes o musulmanes. ‘Yo no soy un político, y no hablo sobre política’ dicen. Pero todos los países han ido a Siria. Siria se ha convertido en una especie de pastel, del que todos los países hambrientos han mordido un trozo”, afirmó la tía de Aylan, para quien la solución a la crisis de los refugiados pasa por acabar con las guerras desde su propia raíz, y que insiste en que ningún refugiado quisiera abandonar su hogar si no tuviera que hacerlo.
“Poned fin a las guerras. Todo el mundo habla sobre la crisis de los refugiados y dice que las personas están muriendo, etc... Pero en lugar de hablar sobre ello, la gente debería ir a la raíz de las causas que obligan a las personas a emigrar. Pido a los líderes del mundo que devuelvan a estas personas su dignidad. Que les permitan regresar a casa. Han pasado siete años desde que comenzó la guerra (en Siria). Si les preguntas a los refugiados, la mayoría de ellos quisieran regresar a su hogar. Sé que no es fácil, y no podemos salvar el mundo entero, pero necesitamos que la gente diga ‘Ya es suficiente’ “, insistió la tía de Aylan.
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