El presidente de la Corte Suprema de Turquía, Yargıtay Başkanı Cirit, afirmó el martes durante la ceremonia de apertura del nuevo año judicial celebrada en la Corte Suprema de Apelaciones en Ankara que, antes del golpe de Estado, casi un tercio del personal judicial del país estaba vinculado con actividades del movimiento religioso dirigido por Fethullah Gülen.
Durante su discurso, Cirit subrayó que resultaba traumatizante para un país saber que una parte importante de los miembros del sistema judicial estuviesen relacionados con una secta religiosa que dirigió además el fallido golpe de Estado en julio del año pasado, en el que murieron 250 personas y más de 2.200 resultaron heridas.
“Resulta por supuesto una situación que viola la confianza de la sociedad que casi un tercio de los jueces y fiscales, en los que se supone que debe poder confiarse plenamente, estuvieran implicados en actividades terroristas”, dijo el presidente del Tribunal Supremo (Yargıtay, en turco) refiriéndose al movimiento religioso Hizmet (Servicio), designado oficialmente en Turquía por las siglas FETÖ (Organización Terrorista de Fethullah), al que se acusa en Turquía de haber infiltrado durante décadas a sus miembros en las principales instituciones del país, incluyendo el ejército, la policía y el poder judicial.
A este respecto, Cirit destacó que uno de los máximos deberes del poder judicial es tomar decisiones de acuerdo a las evidencias objetivas: “Nuestra labor no es actuar en base a emociones, prejuicios o sensacionalismos, sino tomar decisiones de acuerdo a las evidencias objetivas, sin poner en peligro los derechos humanos que el sistema legal turco ha mejorado con gran éxito en los últimos años”, subrayó.
El presidente del Supremo hizo por último una advertencia a los países que colaboran con organizaciones terroristas o dan cobijo a terroristas: “Todo país es responsable de combatir el terrorismo y está obligado a tomar medidas para evitar la transferencia de armas y municiones a las organizaciones terroristas. No hacer esto equivale a apoyar abiertamente el terrorismo”.
“Sin embargo, aquellos países que apoyan el terrorismo deberían saber que un día estas armas acabarán volviéndose contra ellos. Esperemos que los países, que directa o indirectamente apoyan el terrorismo, actúan de acuerdo con los acuerdos y las leyes internacionales”, añadió Cirit sin nombrar a ningún gobierno en concreto.
Ankara ha criticado numerosas veces el asilo que varios países europeos han otorgado a los golpistas buscados en Turquía o a destacados miembros de FETÖ, así como la permisividad e impunidad con la que organizaciones como el PKK –reconocido como un grupo terrorista por la propia UE- llevan a cabo actividades de propaganda, reclutamiento y recaudación de miembros en toda Europa.
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