Ankara arremetió con dureza el viernes contra las autoridades belgas acusando al país europeo de ser el “eslabón débil” en la lucha contra el terrorismo, después de que un alto tribunal de Bélgica dictaminara que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado como una organización terrorista no sólo por Turquía sino también por la UE, paradójicamente no puede ser investigado por actividades terroristas.
La respuesta de Ankara llegó después de que una corte de apelaciones de Bélgica rechazara el jueves una apelación a una anterior sentencia de un tribunal inferior, que había considerado que las actividades del PKK en Europa no pueden ser clasificadas como terrorismo; el mismo tribunal ya había rechazado en noviembre de 2016 la petición de la fiscalía para remitir el caso contra 36 presuntos militantes del PKK a una corte superior, bajo el argumento de que “una lucha armada no puede ser considerada como terrorismo”.
En un comunicado dado a conocer el viernes por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, el gobierno turco calificó de “inaceptable” la decisión del alto tribunal belga añadiendo que Ankara apelará la sentencia, que definió como “otro ejemplo del apoyo que se da a los grupos terroristas que atacan la seguridad y los intereses de Turquía”.
“Esta decisión ha vuelto a demostrar una vez más el hecho de que Bélgica es el eslabón débil en Europa y en el mundo en la lucha contra el terrorismo. Nuestro gobierno estará implicado en el proceso de apelación de esta decisión inaceptable”, añadía el comunicado ministerial.
Turquía ha acusado a menudo a los países europeos de falta de compromiso en la lucha contra las actividades en su territorio del PKK, una organización armada oficialmente designada como un grupo terrorista por la UE pero que a menudo realiza con total impunidad actividades de propaganda, captación de fondos y reclutamiento de nuevos militantes en suelo europeo.
Se estima que anualmente y sólo en donativos de distintas fuentes, el PKK recauda anualmente unos 25 millones de euros por toda Europa, 13 millones de ellos sólo en Alemania, donde los propios servicios de inteligencia alemanes señalan que el grupo tiene 14.000 miembros activos y potencialmente peligrosos. Un reciente informe elaborado a partir de una investigación de la policía turca afirmaba además que el PKK controla el 80% del narcotráfico en Europa, del que obtiene sus principales fondos.
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