Turquía condenó el miércoles duramente la “irresponsable declaración de la administración de EE.UU.” de reconocer a Jerusalén como la capital oficial de Israel, una decisión que podría desatar nuevas tensiones en la región y acabar definitivamente con las esperanzas de paz en el conflicto palestino-israelí.
“Condenamos la irresponsable declaración de la administración de EE.UU. que hemos conocido con gran preocupación, declarando que reconoce a Jerusalén como la capital de Israel y que trasladará la embajada estadounidense en Israel a Jerusalén”, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía en un comunicado oficial.
“Esta decisión va en contra de las leyes internacionales y de importantes resoluciones de la ONU, dado que la anexión de Jerusalén por parte de Israel ha sido rechazada por la comunidad internacional en las Naciones Unidas”, añadía el comunicado, insistiendo en que “el problema palestino sólo puede ser resuelto por medio de la existencia de un Estado Palestino independiente, soberano y adyacente basado en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como su capital”.
El comunicado ministerial turco informaba también que los líderes de los países musulmanes se reunirán el próximo 13 de diciembre en Estambul para asistir a una reunión de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) y a un consejo de ministros de exteriores, convocados por el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, para abordar la situación en torno a Jerusalén tras la decisión tomada por Washington.
El anuncio por parte de la administración Trump de reconocer oficialmente la anexión de Jerusalén y su proclamación como capital de Israel desató inmediatamente múltiples protestas a lo largo y ancho de Turquía, incluyendo frente al consulado general de EE.UU. en Estambul y ante la embajada estadounidense en Ankara, donde los manifestantes, portando banderas palestinas y turcas, corearon eslóganes contra Trump y contra los Estados Unidos.
Así mismo todos los partidos representados en la Asamblea Nacional Turca (parlamento) –el gobernante y conservador Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), el kemalista Partido Republicano del Pueblo (CHP), el nacionalista kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y el nacionalista turco Partido del Movimiento Nacional (MHP)- firmaron el miércoles una declaración conjunta mostrando la “absoluta e incuestionable” oposición del parlamento turco a la “peligrosa” decisión de EE.UU. de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.
El propio presidente turco Tayyip Erdoğan había advertido horas antes que si Estados Unidos daba semejante paso sólo serviría para avivar la tensión en Oriente Medio y desatar nuevos conflictos: “Cualquier paso erróneo a ser tomado con respecto al estatus de Jerusalén puede causar indignación en el mundo islámico, dinamitar las bases para la paz y avivar nuevas tensiones y luchas”, dijo Erdoğan durante una conferencia de prensa conjunta con el Rey Abdullah de Jordania.
Preocupación internacional por la decisión de Trump
“He determinado que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel... Aunque presidentes anteriores han hecho de esto una importante promesa electoral, no han conseguido cumplirla. Hoy, yo la estoy cumpliendo”, dijo Trump al hacer oficial una decisión que había anunciado durante su campaña presidencial y que supone un giro radical a la política que durante décadas ha mantenido EE.UU. respecto del conflicto palestino-israelí.
Horas antes de hacerse oficial la medida, numerosos gobiernos y líderes mundiales habían mostrado su preocupación por una decisión que podría iniciar nuevos conflictos en una región ya de por sí muy convulsa, con implicaciones y consecuencias para la paz en todo el mundo.
Así, mientras que Rusia expresó su preocupación por las “posible complicación” de la situación en Oriente Medio si EE.UU reconocía a Jerusalén como la capital de Israel, China –que mantiene buenos lazos tanto con israelíes como con palestinos- se mostró igualmente preocupada por el “posible agravamiento de las tensiones en la región”.
También el Papa Francisco dijo estar “profundamente preocupado” ante tal medida e hizo un llamamiento a que “todo el mundo respete el statu quo de la ciudad”. Las críticas y preocupaciones por una decisión unilateral tomada por Washington que podría tener consecuencias globales llegaron también desde las instituciones de la Unión Europea, así como desde países como Francia, Alemania o Reino Unido.
Paradójicamente, la decisión adoptada por Trump, aparentemente tomada para responder a las promesas hechas a los electores y tratar así de contrarrestar unos niveles de impopularidad nunca antes vistos en EE.UU. hacia el presidente de la nación, podría costarle más votos.
Y es que según una reciente encuesta elaborada por la Universidad de Maryland titulada “Oriente Medio y Rusia: las opiniones estadounidenses sobre la política exterior de Trump”, una gran mayoría de los ciudadanos de Estados Unidos –concretamente un 63% de los estadounidenses, incluyendo un 44% de los votantes republicanos- se opone a trasladar la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén y a reconocer a esta ciudad como la capital de Israel.
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