Şamil Tayyar, diputado por la provincia suroriental de Gaziantep del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), ha propuesto reconvertir el museo de Santa Sofía en Estambul en una mezquita en represalia por la decisión adoptada el miércoles por el presidente estadounidense Donald Trump de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel.
“Si tú (Trump) dices eso, hagamos que Santa Sofía se abra a las oraciones (musulmanas). Deberíamos comenzar a celebrar las oraciones del viernes en Santa Sofía”, escribió Tayyar en su cuenta en la red social Twitter, según informaron medios turcos, después de que esta misma semana el presidente turco Tayyip Erdoğan advirtiera que Jerusalén suponía una “línea roja” para los musulmanes y que la decisión de Trump podría llevar a Turquía a romper sus lazos con Israel.
Inaugurada en el año 537 por el emperador Justiniano, Santa Sofía (Ayasofya, en turco) funcionó como basílica cristiana ortodoxa hasta la conquista de la ciudad de Constantinopla por los turcos otomanos en 1453, que la reconvirtieron en mezquita y le añadieron los actuales minaretes.
El edificio continuó sirviendo como templo musulmán hasta que en 1931, tras la fundación en 1923 de la República Turca y bajo la presidencia de Mustafa Kemal Atatürk, el lugar fue clausurado durante cuatro años y reabierto en 1935 como museo laico, un estatus que mantiene en la actualidad pese a que periódicamente ha habido demandas por parte de grupos nacionalistas y ultraconservadores turcos para que se permitan los rezos en el lugar.
El anuncio por parte de la administración Trump de reconocer oficialmente la anexión de Jerusalén y su proclamación como capital de Israel, desató desde última hora del miércoles múltiples protestas a lo largo y ancho de toda Turquía, incluyendo frente al consulado general de EE.UU. en Estambul y ante la embajada estadounidense en Ankara.
Además todos los partidos con representación en el parlamento turco firmaron el miércoles una declaración conjunta mostrando la “absoluta e incuestionable” oposición de la cámara a la “peligrosa” decisión de EE.UU. de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, una condición que la mayoría de la comunidad internacional sigue concediendo a Tel Aviv dado que Naciones Unidas no reconoce la anexión de Jerusalén Oriental por parte de Israel.
Está previsto que los líderes de los países musulmanes se reúnan el próximo 13 de diciembre en Estambul invitados por el presidente turco para asistir a una reunión de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), en la que la situación creada en torno al reconocimiento de Jerusalén como capital del Estado israelí será el principal punto de la agenda.
Mientras, el jueves el ejército israelí bombardeó con tanques y cazas de combate objetivos de “grupos terroritas” en la Franja de Gaza en respuesta al lanzamiento de al menos tres ataques con cohetes desde el territorio palestino, según aseguraron las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés).
El jueves la población palestina cerró todas las tiendas y colegios para iniciar los denominados “tres días de rabia” por la decisión de EE.UU.; en Cisjordania, en Gaza y en Jerusalén Este, miles de palestinos salieron a las calles para protestar contra el anuncio de Trump. “Jerusalén nunca será la capital de Israel, diga lo que diga Trump”, declaró durante una manifestación en Ramala Jamal Muheisen, un destaco miembro del partido Fatah.
Al menos 80 palestinos resultaron heridos en las protestas del jueves en choques con las fuerzas de seguridad israelíes. Por su parte el líder del movimiento de resistencia palestino Hamas –considerado por Israel y EE.UU. como un grupo terrorista- Ismail Haniyeh hizo el jueves un llamamiento a poner en marcha una nueva intifada contra el “enemigo sionista”, asegurando que la decisión de Trump sobre Jerusalén supone “una declaración de guerra contra los palestinos”.
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