Las autoridades locales de Afrin, un cantón del noroeste de Siria controlado por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), el brazo armado del PYD –la rama siria del PKK- , continúan impidiendo a la población civil abandonar la región ante la ofensiva del ejército turco y sus aliados del Ejército Libre Sirio (ELS) contra el YPG.
En respuesta el lunes a preguntas de periodistas turcos, Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de Naciones Unidas Antonio Guterres, afirmó que hasta la fecha sólo unos 5.000 civiles han podido abandonar la región de Afrin, lo que incrementa el riesgo de bajas civiles en la zona, añadiendo que resulta vital que la población de la región pueda desplazarse libremente.
A este respecto, el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador de la Ayuda de Emergencia, Mark Lowcock, confirmó que los civiles que quieren abandonar Afrin son detenidos en los puntos de control establecidos por el YPG en las principales salidas del cantón, donde los militantes les impiden escapar hacia zonas más seguras ante el avance de la Operación Rama de Olivo, que Turquía desarrolla desde el 20 de enero en la región y donde ha logrado ya arrebatar al YPG unos 700 kilómetros cuadrados de territorio.
Erdoğan critica la ineficacia de la ONU en Guta
Hablando sobre la situación en Siria, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan volvió a criticar el martes duramente el funcionamiento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por no haber logrado frenar los bombardeos sobre la población civil en Guta Este, un suburbio a las afueras de Damasco en poder de la oposición donde viven asediadas unas 400.000 personas.
“Los últimos sucesos en Guta Este son difíciles de digerir, y son inhumanos”, dijo Erdoğan en una reunión con diputados de su partido AKP en Ankara. “La resolución que nunca entró en efecto no tiene ningún valor para la humanidad”, añadió.
El presidente turco se refería así a la resolución aprobada el pasado 24 de febrero por el Consejo de Seguridad que establecía un alto al fuego de 30 días de duración entre las partes beligerantes en Siria, y que fue aprobada con el visto bueno de Rusia, aliada de Assad y que participa en los ataques aéreos sobre Guta Oriental. Pese a ello, el alto al fuego sigue sin ser respetado en Guta y sólo en las dos últimas semanas 756 personas han muerto en bombardeos de las fuerzas leales a Assad sobre esta zona de Damasco.
Repitiendo su consabida frase de “El mundo es mayor que cinco” para criticar el funcionamiento del Consejo de Seguridad de la ONU –donde 5 países son miembros permanentes y tienen derecho a veto- Erdoğan acusó a este organismo de “engañar a la humanidad” y de aprobar este tipo de resoluciones únicamente para mostrar al mundo que actúa frente a los crímenes contra la población civil en Siria.
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