Miembros del Ejército Libre Sirio (ELS) apoyados por tanques y unidades del ejército turco tomaron en la mañana el domingo el completo control de la ciudad siria de Afrin, capital de la región homónima controlada hasta ahora por el YPG/PYD (la filial en Siria del PKK), dos meses después del inicio de la bautizada como Operación Rama de Olivo para expulsar a grupo armado de esta región fronteriza con Turquía.
En un video difundido a través de su cuenta oficial en Twitter, y titulado “Primeras imágenes desde Afrin” las Fuerzas Armadas Turcas (TSK) confirmaron la captura completa de la ciudad pese a las informaciones divulgadas desde fuentes cercanas al YPG que aseguraban lo contrario. Muchos de los miembros del ELS que participaron en la captura de la ciudad eran kurdos que antes de la llegada del YPG vivían en Afrin y tuvieron que escapar a Turquía.
“Este es un regalo para aquellos que murieron como mártires el 18 de marzo”, dice un soldado turco en el video mientras ondea una bandera nacional turca sobre un edificio administrativo anteriormente controlado por el YPG en el centro de la ciudad. De esta forma el soldado hacía referencia al 18 de marzo de 1915, fecha en la que tuvo lugar la Batalla de Çanakkale (durante la I Guerra Mundial), cuya victoria se conmemora precisamente este domingo en toda Turquía con grandes celebraciones.
El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, durante un discurso ofrecido el domingo con motivo de las celebraciones por el 103º aniversario de la victoria frente a las flotas invasoras de Francia y Reino Unido, confirmó también la caída de la ciudad, cuya captura apenas llevó una hora a las fuerzas turcas y del ELS, que no encontraron prácticamente resistencia después de que fuentes sobre el terreno informaran el sábado que el YPG parecía haber abandonado Afrin, dejándola a su suerte tras quemar varios edificios gubernamentales. En contraste, la captura de la ciudad siria de Al-Bab (controlada por el Daesh) durante la Operación Escudo del Éufrates emprendida en 2015 por el ejército turco se prolongó durante varios meses.
Según anunció Erdoğan, un total de 3.603 miembros del YPG –muchos de ellos extranjeros que desplazados a Siria para combatir por el grupo- han sido abatidos o capturados desde el inicio de la ofensiva turca sobre Afrin, en la que además 46 soldados turcos han muerto y 225 han resultado heridos. El último militar turco muerto, el mayor Mithat Dunca, sucumbía el sábado a sus heridas en un hospital de la provincia turca de Hatay.
Según informaron medio turcos, las fuerzas turcas y del ELS entraron en Afrin en torno a las 5:00 de la madrugada hora local (3:00 CET) desde el norte, este y oeste de la ciudad, uniéndose en el centro apenas pasada una hora. Su avance se vio ralentizado únicamente por algunas minas y trampas explosivas colocadas por los terroristas, que prendieron fuego a varios edificios y vehículos.
Tras hacerse con el control de la ciudad, las unidades del ELS y del ejército turco destruyeron varios símbolos de la presencia del YPG en la ciudad, incluyendo banderas, pósters y fotografías del fundador del PKK, Abdullah Öcalan, así como una estatua situada en la plaza central de Afrin.
Al mediodía, poco después de asegurar el control de Afrin, civiles que habían permanecido en la ciudad salieron a recibir a las tropas turcas y del ELS coreando eslóganes a su favor y ofreciéndoles comida y té, mientras otros recorrían con sus coches las calles haciendo sonar sus bocinas o arrojaban arroz desde sus ventanas, según informó la agencia de noticias Anadolu.
Un depósito de armas de 150 metros y 12 cámaras ubicado bajo tierra perteneciente al YPG era descubierto el domingo durante la captura de la ciudad, mientras otro gran depósito era volado de manera controlada a las afueras de la ciudad, provocando una gran explosión aunque sin dejar heridos. Por otro lado en la cercana aldea de Telef, a las afueras de Afrin, se encontraba un campamento donde el YPG entrenaba y adiestraba a sus nuevos miembros, confiscándose en él numerosos documentos, libros, carteles, y fotografías de Öcalan. El domingo también, poco después del anuncio de la captura de Afrin, el ELS se apoderaba de la última localidad de importancia en Afrin que permanecía en manos del YPG, Maabtali, quedando sólo un puñado de aldeas en todo el distrito sirio de Afrin bajo control del grupo.
El YPG usó a la población civil como escudos humanos
Precisamente la ONU había reiterado el viernes su preocupación por los “informes alarmantes” de que los miembros del YPG estaban impidiendo a la población civil abandonar Afrin –pese a que el ejército turco había habilitado varios corredores para permitir su salida de la ciudad- acusando al grupo armado ligado al PKK de pretender usarlos como “escudos humanos”.
Ravina Shamdasani, portavoz de derechos humanos de Naciones Unidas, se mostró especialmente alarmada por los “informes de civiles a los que las fuerzas kurdas (del YPG) les impiden abandonar Afrin (...) para ser usados como escudos humanos”, añadiendo que según fuentes sobre el terreno “sólo a aquellos civiles que tienen contactos con el gobierno kurdo o las fuerzas kurdas (del YPG en Afrin) se les permite salir”.
Shamdasani añadió que incluso los que conseguían escapar de la ciudad “arriesgándose a través de ataques y explosivos (colocados por militantes del YPG)” lo hacen para llegar hasta puntos de paso controlados por grupos vinculados al gobierno de Assad “donde sólo se les permite cruzar tras pagar dinero”.
Desde el inicio de la ofensiva sobre Afrin el pasado 20 de enero, el YPG y sus grupos afines han recurrido a menudo a informaciones falsas divulgadas a través de Internet, especialmente mostrando fotografías de otros conflictos en Siria, Irak o incluso Yemen para ilustrar lo que según sus seguidores eran los “efectos de los bombardeos turcos sobre Afrin”. La última de estas falsas informaciones se producía justo el sábado, cuando el YPG –horas antes de abandonar la ciudad- clamaba que decenas de civiles habían muerto en el bombardeo turco del hospital de Afrin: una afirmación que más tarde fue desmentida por unas imágenes aéreas difundidas por las propias Fuerzas Armadas Turcas, en las que el supuesto hospital bombardeado aparecía intacto.
0 Comentarios