Tres soldados turcos fallecieron el jueves en Afrin, en el noroeste de Siria, mientras realizaban tareas de desminado tras la expulsión del PYD/YPG, la rama siria del PKK, de la región, según confirmó el primer ministro turco y el ejército turco en un comunicado.
En una nota oficial, las Fuerzas Armadas Turcas (TSK) indicaban que una artefacto explosivo improvisado preparado por militantes del YPG había hecho explosión y “martirizado” a tres soldados turcos, además de provocar heridas a otros tres. El comunicado concluía expresando sus condolencias a las familias de las víctimas y deseando una rápida recuperación a los heridos.
Igualmente en declaraciones hechas durante un evento celebrado en Ankara, el primer ministro turco Binali Yıldırım confirmaba el fallecimiento de los tres militares a causa de una bomba trampa colocada por militantes del YPG en Afrin.
El domingo fuerzas combinadas del ejército turco y el Ejército Libre Sirio tomaron la ciudad de Afrin sin resistencia después de que el YPG la abandonara horas antes, no sin antes quemar varios edificios y dejar numerosos explosivos.
Capturan en el sureste de Turquía armas entregadas al YPG
Por otro lado las Fuerzas Armadas Turcas publicaban el miércoles a través de su cuenta oficial en Twitter imágenes de varias armas antitaque AT-4 de fabricación sueca confiscadas durante operaciones contra el grupo terrorista PKK en la provincia fronteriza de Şırnak, situada en el extremo sureste de Turquía y fronteriza con Siria e Irak.
Las armas habrían sido capturadas en Andaç, una aldea del distrito de Uludere no lejos de la frontera con el norte de Irak, donde el PKK mantiene una fuerte presencia y tiene sus principales bases. La zona en la que fueron halladas se encuentra además a menos de 100 kilómetros de la región noreste de Siria controlada por el YPG.
Se da la circunstancia añadida de que las AT-4, fabricadas por la empresa sueca Saab Bofors Dynamics (subsidiaria de Saab AB), se encuentran entre las armas entregadas por Estados Unidos a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una coalición de grupos armados sirios dominada en realidad por el YPG.
Este hallazgo confirmaría una vez más las denuncias reiteradas de Ankara a Washington de que las armas entregadas al SDF supuestamente para combatir al Daesh en Siria acaban en manos del YPG y, finalmente, en las del propio PKK, una organización reconocida como un grupo terrorista por el propio gobierno estadounidense. EE.UU. insiste en no reconocer como tal al YPG, a pesar de que sus propios servicios de inteligencia han puesto de manifiesto los fuertes vínculos existentes entre el PYD/YPG y el PKK.
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