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Turismo

‘’Estambul no sería lo mismo sin sus gatos’’

Un gato de Estambul frente a la Torre de la Doncella (Kız Kulesi) en el Bósforo

Un gato de Estambul frente a la Torre de la Doncella (Kız Kulesi) en el Bósforo | Fuente: CC

07-04-2018 - 00:00 CET | Hispanatolia

Muchos se sorprenderían al saber que Estambul, además de sus 15 millones de habitantes, es el hogar de cientos de miles de gatos callejeros que son cuidados por residentes y comerciantes, y que se han convertido en un atractivo más de la ciudad.

Gracias a su antigua historia, su magnífica arquitectura, sus impresionantes vistas sobre el Bósforo y sus atractivos culturales, Estambul es uno de los principales destinos turísticos no sólo en Turquía, sino también en el mundo. Pero no sólo los monumentos han hecho famoso a Estambul: si por algo se conoce también a esta ciudad es por sus gatos.

Y es que además de albergar una población de más de 15 millones de personas, muchos se sorprenderían al saber que la metrópolis turca tiene una población de gatos callejeros de varios cientos de miles; no hay consenso sobre cuántos son exactamente, pero la cifra varía desde los cerca de 200.000 que cuentan los servicios veterinarios municipales, a los 700.000 ejemplares que estiman organizaciones como la Cámara de Cirujanos Veterinarios de Estambul.

Muchos turistas occidentales cuando llegan a Estambul no sólo se sorprenden por la abundancia de gatos, sino sobre todo porque estos caminan por las calles como si fueran los verdaderos amos de la ciudad –lo son- y porque se acercan sin ningún miedo a las personas, tal y como si fueran las mascotas de todos los estambulitas.

Y es que en Estambul, como en muchos otros lugares de Turquía, los gatos callejeros son cuidados y mimados hasta extremos insospechados: no sólo por las autoridades municipales, sino también por los propios residentes de los barrios o por los comerciantes y dueños de negocios de la ciudad, que acostumbran a darles nombres como si fueran sus propios animales de compañía. Esto es lo que hace que los gatos de Estambul disfruten de una libertad y unas comodidades que se pueden ver en muy pocas ciudades del mundo, siendo frecuente verlos sentados descansando o durmiendo a la puerta de casas, tiendas, y restaurantes.

Hüseyin Çoşkun es uno de esos comerciantes que ve a los gatos como una parte indispensable de Estambul y los considera más amigables incluso que las personas. En declaraciones a la agencia Anadolu, Çoşkun –quien regenta una tienda en el distrito histórico de Fatih- asegura que cuando llegó por primera vez al barrio lo primero que le sorprendió fue el enorme número de gatos que hay por las calles.

“Cuando la gente nos ve cuidando de los gatos, nos dicen que los gatos son nuestros huéspedes. Pero de hecho, los gatos son los dueños de este barrio, y nosotros somos los huéspedes porque ellos ya estaban aquí cuando nosotros llegamos por primera vez”, cuenta Çoşkun, que asegura que Estambul no sería lo mismo sin sus gatos callejeros, a los que describe como “la decoración de Estambul”.

Faruk Akkuş, dueño de otra tienda en el distrito también histórico de Beyoğlu –situado en la orilla opuesta del Cuerno de Oro- , asegura por su parte que los comerciantes de la zona no sólo les dan a los gatos comida para mascotas, sino que también comparten con ellos su propia comida. En su caso ha adoptado a Şişko (Gordo), un viejo gato callejero al que da de comer y que visita su tienda, y que se ha convertido también en un reclamo para los clientes.

Şişko llega temprano, mucho antes de que yo abra mi tienda, y me espera junto a la puerta. Cuando abro la puerta, entra en la tienda, se limpia, come su comida y descansa durante un rato. Alrededor del mediodía, se despierta y da una vuelta hasta la hora en que cerramos. Normalmente duerme todo el día. Por lo que yo sé, tiene 18 años y es uno de los residentes más antiguos del barrio. Todo el mundo conoce a Şişko, y él conoce a todo el mundo. Entra y sale de todas y cada una de las tiendas que hay por aquí”, cuenta Akkuş.

En el caso de Berkant Kaya, dueño de una tienda de música en la conocida Avenida İstiklal, él cuida y da de comer a dos gatos callejeros, a los que ha bautizado como Domino y Ponçik. “Algunos clientes entran sólo porque tengo a dos gatos. Domino y Ponçik son la mayor atracción para nuestros clientes”, confiesa Kaya.

Estos gatos no son como los gatos domésticos que hay en Europa. Estos gatos son libres: pueden ir y venir como les plazca. No tienen ataduras. Nadie les molesta, y duermen, descansan y comen donde les apetece”, concluye.

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