Una de las ciudades de la antigüedad mejor preservadas de Anatolia, la antigua ciudad romana de Afrodisias, en la provincia turca de Aydın, prevé recibir este año un récord absoluto de visitas de turistas después de que el año pasado fuese reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Famosa en tiempos del Imperio Romano por sus canteras de mármol y sus esculturas, Afrodisias se ha convertido en un importante foco de atención para los amantes tanto de la historia como del arte, gracias a lugares como su antiguo teatro, sus termas, su estadio o sus templos, incluyendo el Sebasteión, un complejo religioso dedicado al culto a César Augusto, o a su museo donde se exhiben muchas de las esculturas desenterradas por los arqueólogos.
Incluida en la lista tentativa de la UNESCO desde 2009, el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, que celebró en julio de 2017 su 41ª sesión en la ciudad polaca de Cracovia, reconoció a Afrodisias como Patrimonio de la Humanidad destacando que es “uno de los lugares arqueológicos más importantes de Turquía (...) con esculturas, monumentos, inscripciones, estructuras y canteras de mármol bien preservadas”. De esta forma las ruinas de Afrodisias se convertían en el 16º lugar de Turquía en ser reconocido patrimonio mundial por la prestigiosa organización.
Después de que el gobernador de Aydın declarase 2018 como el “Año de Afrodisias” y se incrementasen las actividades de promoción de las ruinas aprovechando el tirón de la UNESCO, Afrodisias, que recibió en 2017 a unos 50.000 visitantes, ha visto cómo este año se disparaban las llegadas de turistas procedentes tanto de Turquía como del extranjero.
“Este año podríamos recibir hasta tres veces esa cifra (de 50.000 visitas del año pasado) porque, incluso aunque la temporada no ha empezado aún, estamos ya cerca del número de visitas del año pasado”, destacó por su parte la gobernadora del distrito de Karacasu –donde se ubica Afrodisias- Güher Sinem Büyüknalçacı.
“El distrito de Karacasu no es sólo famoso por su antigua ciudad (de Afrodisias), sino también por su pide (pizza turca). Después de venir a visitar este sitio, los turistas extranjeros visitan también el municipio, así que en su ruta los comerciantes también se benefician”, subrayó la gobernadora, agradeciendo la contribución del turismo a la economía local.
Situada entre las ruinas de Éfeso –al oeste- y Pamukkale y Hierápolis –al este- , Afrodisias, que un día fue la capital de la provincia romana de Caria, alberga ruinas impresionantes aunque, gracias a su situación geográfica en el interior, hasta ahora ha sido mucho menos conocida por los turistas. El actual museo de Afrodisias, ubicado junto a sus ruinas, permite contemplar restos y sobre todo varias de las estatuas de mármol que tan merecida fama dieron a Afrodisias durante la época griega y romana.
Ubicado en el valle del río Morsynus, el yacimiento arqueológico de Afrodisias está formado por dos componentes: por un lado el sitio arqueológico de Afrodisias, y por otro las antiguas canteras de mármol situadas al noreste de la ciudad, que fueron ampliamente utilizadas primero en época helenística y más tarde bajo el dominio del Imperio Romano en Anatolia.
El templo de Afrodita, diosa griega del amor que da nombre a la ciudad, está datado en el siglo III antes de Cristo, aunque la propia ciudad de Afrodisias fue construida un siglo más tarde; su riqueza procedía de sus ricas canteras de mármol y de las famosas esculturas fabricadas con este material, lo que convirtió a Afrodisias en un reputado centro artístico durante época romana y una ciudad adinerada con edificios que incluían templos, dos termas, un teatro y un ágora cuyos restos aún pueden contemplarse hoy día.
La población de Afrodisias probablemente nunca superó los 15.000 habitantes; sin embargo, era una ciudad muy popular y albergaba incluso un estadio, que se encuentra en un excelente estado de conservación y resulta espectacular en primavera lleno de amapolas. Fue el terremoto que asoló la ciudad en el siglo VII lo que inició su decadencia, ya que causó una gran destrucción de la que nunca llegó a recuperarse plenamente, por lo que fue paulatinamente abandonada.
El descubrimiento de las ruinas de Afrodisias fue casual y se remonta a 1958, cuando una revista envió al famoso fotógrafo turco Ara Güler (apodado “El ojo de Estambul”) a documentar la inauguración del pantano de Kemer en Aydın; a su regreso, el conductor que trasladaba en coche a Güler se perdió, y ambos acabaron topándose por casualidad con las ruinas de esta antigua ciudad grecorromana.
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