La lira turca continúa desplomándose en los mercados y marcando nuevos mínimos históricos en su cotización frente al dólar y el euro, ante las presiones por la incertidumbre política y las elevadas tasas de inflación de la economía turca.
La divisa nacional turca se cambiaba el miércoles a razón de 4,40 dólares por cada lira turca (TL), mientras que respecto a la moneda única europea un euro se cambiaba por 5,20 liras, tras el nuevo desplome del martes a raíz de los comentarios del presidente turco, Tayyip Erdoğan, en los que en una entrevista concedida durante su visita a Londres a Bloomberg TV aseguró que si gana las elecciones asumirá un mayor control de la economía nacional.
Durante la entrevista, el mandatario turco dijo que pese a que el Banco Central Turco (TCMB, por sus siglas en turco) es independiente, éste ya no podrá seguir ignorando las indicaciones del Presidente de la República, una vez se complete la transición al nuevo sistema de gobierno presidencialista tras las elecciones anticipadas al 24 de junio.
“Asumiré la responsabilidad como el jefe incontestable del poder ejecutivo respecto a los pasos y decisiones a tomar sobre estas cuestiones”, dijo Erdoğan durante la entrevista divulgada el martes, en lo que fue interpretado como un anticipo de que el TCMB tendrá menos libertad de movimientos para frenar la escalada de precios, que se dispararon un 10,85% el pasado mes de abril con respecto al mismo mes de 2017.
Sus comentarios llevaron a la lira a nuevas caídas en los mercados y a los bonos de deuda pública a 10 años de Turquía a alcanzar su máximo de los últimos ocho años. Y es que el actual presidente turco siempre se ha considerado a sí mismo como un firme defensor de la reducción de los tipos de interés para estimular la economía, lo que ya en su etapa como primer ministro le llevó a enfrentarse en más de una ocasión con las autoridades del Banco Central, que tienen que lidiar con el grave problema de la inflación en el país euroasiático.
En otras declaraciones realizadas la semana pasada durante una reunión con empresarios en Ankara, Erdoğan volvió a referirse a los elevados tipos de interés como “la madre de todos los males” y aseguró que la lucha contra los tipos de interés altos llegará a su fin una vez gane las elecciones de junio.
El presidente turco también sorprendió al vincular la elevada inflación a los tipos de interés altos, y no al revés siguiendo la creencia generalizada de la mayoría de los economistas: “Mi creencia es que las tasas de interés (elevadas) son la madre de todos los males. Los tipos de interés son los que causan la inflación. La inflación es un resultado, no una causa. Tenemos que reducir los tipos de interés”, aseguró.
Hace unos días el Banco Central Turco inyectó 1.800 millones de dólares en el sistema financiero para intentar frenar el debilitamiento de la divisa turca, que en lo que va de año ha perdido en torno a un 14% de su valor, según los expertos. Desde la primavera de 2013 –cuando un euro se cambiaba por cerca de 2,5 liras turcas- su depreciación supera ya el 50%.
Entre las causas que los analistas esgrimen para explicar la debilidad de la lira turca están el intento de golpe de Estado que sufrió el país en julio de 2016, los riesgos geopolíticos por los conflictos en países vecinos como Irak o Siria, o el estado de emergencia vigente desde hace dos años que supone un factor de incertidumbre entre los inversores.
El tránsito al nuevo sistema presidencialista, la presión sobre los activos de los mercados emergentes, las próximas elecciones presidenciales y legislativas en Turquía, el empeoramiento de los últimos años en las relaciones entre Washington y Ankara, o más recientemente las tensiones en Oriente Medio tras abandonar Estados Unidos el acuerdo nuclear con Irán, son otros de los factores que explican las tensiones que soporta la moneda turca en los mercados.
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