La Organización Mundial de la Salud (OMS) está cada vez más preocupada por el crecimiento en Turquía del movimiento contra la vacunación, según ha asegurado la directora de la División de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la organización, la turca Nedret Emiroğlu.
Emiroğlu afirmó en declaraciones al diario turco Hürriyet que la OMS ha constatado un incremento en el número de grupos que “confunden” a la opinión pública sobre los efectos de las vacunas, lo que hace temer que su influencia pueda sembrar dudas sobre la conveniencia de ser vacunados.
“Las vacunas son una de las intervenciones en salud más efectivas y económicas, que salvan millones de personas cada año de enfermedades, discapacidades, y de la muerte. Junto con los antibióticos, las vacunas han añadido 20 años a la vida de los seres humanos”, declaró Emiroğlu, una doctora con 30 años de experiencia médica tanto en Turquía como a nivel internacional.
Emiroğlu señala que pese a que la mayoría de los padres tanto en Turquía como en otros países son conscientes de los beneficios que aportan las vacunas, la OMS está preocupada por “la propagación de información errónea sobre las vacunas” y sobre su posible efecto a la hora de llevar a la gente a desconfiar de la vacunación. “Por desgracia estamos observando un incremento en el número de estos grupos”, insistió la responsable de la OMS, haciendo hincapié en que estas ideas falsas pueden acabar suponiendo un riesgo para la salud de las personas.
“Todas las evidencias científicas muestran claramente que las vacunas son una de las formas de intervención más efectivas y de confianza, y no existen alternativas”, dijo Emiroğlu, añadiendo que la OMS está tratando de entender ahora qué es lo que lleva a algunos padres a “dudar” en si deben o no vacunar a sus hijos para poder dirigirse a ellos y transmitirles la “información correcta”.
“Aunque el sarampión ya no representa un problema en dos tercios de los países europeos, el año pasado observamos una gran epidemia de sarampión en algunos países de la zona. En los dos primeros meses de este año, los países europeos nos han notificado 11.000 casos de sarampión”, declaró Emiroğlu al subrayar la importancia de las vacunas para evitar la propagación de enfermedades que se creían prácticamente erradicadas.
En diciembre del año pasado, el Ministerio de Salud de Turquía se vio obligado a hacer público un anuncio en el que aseguraba que las vacunas utilizadas en el país son “extremadamente seguras” y están sometidas a “controles muy estrictos”, después de que grupos de ciudadanos y padres expresasen sus dudas influidos por informaciones divulgadas por grupos contrarios a la vacunación.
Así por ejemplo algunas vacunas contienen aluminio, lo que ha llevado a algunos a asegurar que la presencia de este metal representa un riesgo para la salud; sin embargo la gran mayoría de los expertos rechazan tales tesis y afirman que las dosis de aluminio en las vacunas son tan bajas que no representan peligro alguno.
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