Las visitas al histórico Palacio de İshak Paşa, situado en el distrito oriental de Doğubayazıt en la provincia turca de Ağrı, han crecido considerablemente desde que el lugar fuera incluido en la lista tentativa de la UNESCO como paso previo a su declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
En declaraciones a la agencia de noticias turca Anatolia, el vicedirector de cultura y turismo de Ağrı –una provincia situada en el extremo oriental de Anatolia- aseguró que se ha producido un incremento considerable en relación a años anteriores en el número de turistas, tanto nacionales como extranjeros, que acuden a visitar el palacio.
“Estamos muy contentos por ver que tanto los turistas extranjeros como los nacionales muestran interés en el palacio. Los turistas que visitan esta región quieren ver principalmente el Palacio de İshak Paşa”, dijo Erkan Kösedağ, añadiendo que esto supone además una contribución a la economía local.
“Después de que fuera incluido en la lista tentativa de la UNESCO, el palacio recibió un interés mayor de lo esperado”, aseguró el responsable de turismo de la provincia, al tiempo que invitó a más turistas a venir a conocer la “increíble obra maestra” que representa este palacio.
Construido en el siglo XVII, el Palacio de İshak Paşa es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura otomana construidos en Anatolia, y es el 2º palacio más grande de Turquía tras el Palacio Topkapı de Estambul. Según datos del Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía, el complejo abarca una superficie total de unos 7.600 metros cuadrados.
Iniciado en 1685 por Çolak Abdi Paşa, bey (gobernador) de esta provincia otomana, su construcción fue finalizada por su nieto Mehmet Paşa en torno a 1784 –fecha en la que una inscripción data la finalización del harén- y constituye uno de los pocos ejemplos supervivientes de los palacios otomanos de esa época.
La UNESCO menciona en su web oficial que el palacio estaba ubicado en la Ruta de la Seda cerca de la frontera con Irán, y que fue construido sobre una gran plataforma elevada de gran valor estratégico en el control de la región. “No sigue por completo la tradición otomana, sino que es más bien una mezcla de tradición arquitectónica anatolia, iraní y del norte de Mesopotamia”, explica la organización en su página.
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