Cinco mujeres turcas han decidido unirse en la provincia de Rize, situada al este de la región del Mar Negro, para convertir un piso en un refugio para gatitos huérfanos y sin hogar, ayudando a criarlos para luego darlos en adopción.
Los gatos son alojados en habitaciones separadas en función de su edad, y además el piso –de cuatro habitaciones- sirve también como centro de recuperación para los gatos tratados en clínicas veterinarias, así como para atender a gatos con necesidades especiales o para aquellos que sufren de alguna discapacidad.
“Dijimos que la unión hace la fuerza, así que decidimos juntarnos”, contó Behice Yasemin Tuzcu, que es además la presidenta de una asociación de Rize que lucha por los derechos de los animales.
“Recogemos a los gatitos que se han quedado sin madre y aquí intentamos que crezcan”, añadió Tuzcu, explicando que actualmente tienen unos 40 gatitos huérfanos acogidos en el apartamento. Incluso han conseguido una “nodriza”, una gata que da de amamantar a varios gatitos huérfanos.
“Tenemos por aquí a nuestra chica, Nar. Cuando llegó aquí hace dos meses estaba inválida y tenía varios gatitos con ella. Pero (además) ha seguido alimentando a otros: ha amamantado a cerca de 50 gatitos”, contó Tuzcu.
Una vez que los gatitos salen adelante y crecen de forma saludable, las mujeres encargadas del piso intentan encontrar a familias que los adopten o, en caso contrario, los dejan libres en zonas adecuadas para ello.
El piso se sostiene gracias a los donativos particulares, pero ahora este grupo de mujeres quiere no obstante ampliar su iniciativa y está buscando la forma de trasladarse a una casa mayor que tenga un patio.
“Esto es un quinto piso en pleno centro de Rize. Aunque el alquiler no es demasiado alto, sigue siendo algo caro. Los gatos tienen numerosas necesidades, tales como comida, medicinas, tratamientos...”, explicó Tuzcu, añadiendo que la mayoría de los gatitos huérfanos que llegan al piso están enfermos debido a la malnutrición.
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