La historia acerca del histórico puente de piedra que supuestamente habría sido robado en la provincia de Gümüşhane, en la región turca del Mar Negro, continúa siendo un misterio después de que las autoridades locales hayan afirmado que su desaparición se debió a una riada, algo que siguen negando los habitantes del lugar.
La noticia saltó el pasado fin de semana, cuando los habitantes de Arslanca, un pequeño pueblo de una veintena de casas, alertaron al cuartel de la gendarmería sobre la desaparición del puente, de unos 300 años de antigüedad y que cruzaba el Balahor, un arroyo local, sospechando que podría haber sido robado por cazatesoros o traficantes de historia.
Fue el viernes 5 de octubre cuando los lugareños advirtieron la ausencia del puente, mientras que otros habitantes del pueblo habrían asegurado haberlo visto intacto sólo unos días antes, concretamente el 1 de octubre. Algunas noticias publicadas en la prensa turca afirmaban que Coşkun Doğan, el muhtar (jefe de aldea), visitó el lugar y comprobó in situ que el puente había desaparecido y que no había restos del mismo.
Basándose en esto, en el hecho de que el riachuelo que cruza el lugar no posee fuerza suficiente, y en que en esa semana no habían caído precipitaciones suficientes como para provocar una riada con la fuerza necesaria como para arrastrar la estructura, los habitantes del pueblo concluyeron que el puente había sido probablemente robado.
Sin embargo la oficina del gobernador de Gümüşhane emitía esta semana un comunicado informando que efectivos de la gendarmería se habían trasladado hasta el lugar del incidente y habían preguntado sobre la cuestión a Doğan, quien negó las informaciones aparecidas en la prensa asegurando que se había enterado del incidente únicamente a través de lo publicado en los medios.
“A través de entrevistas llevadas a cabo con los residentes del pueblo de Arslanca, se ha concluido que las alegaciones no tenían fundamento y que el puente fue destruido por una inundación ocurrida hace tres meses”, aseguraba la oficina del gobernador de la provincia.
Sin embargo los habitantes del pueblo insisten en su versión: “Alguien pudo llevárselo pieza a pieza en un vehículo”, aseguran, insistiendo en que el río no tiene fuerza suficiente para derribar el puente y en que no se produjo una inundación tan grande como para no dejar ni rastro del mismo.
“A 50 o a 100 metros deberían haber aparecido piedras”, contó otro lugareño comentando sobre la posibilidad de una riada que lo hubiese arrastrado. “Aquí no ha habido tanta lluvia, no ha habido una inundación así”, recalcó.
0 Comentarios