Turquía abrirá a finales de este mes oficinas especiales con el objetivo de facilitar los trámites burocráticos destinados a obtener la ciudadanía o los permisos de residencia de larga duración para los extranjeros, según anunció este fin de semana el Ministerio del Interior del país euroasiático.

“Serán abiertas en Estambul y Ankara oficinas de servicios, para hacer un seguimiento y concluir los trámites de ciudadanía o de permisos de residencia de larga duración en una localización única, para los ciudadanos extranjeros que cumplan los requisitos (de ciudadanía o de residencia)”, informó el ministerio en un comunicado dado a conocer el sábado 13 de octubre.

Según explicó la nota oficial, las oficinas serán inauguradas en ambas ciudades el próximo 22 de octubre, y en ellas se examinarán las solicitudes de ciudadanía y residencia y si éstas cumplen con los requisitos, se proporcionará apoyo a los inversores extranjeros, y se realizarán labores de consulta y seguimiento de las solicitudes.

Este anuncio se produce menos de un mes después de que a finales de septiembre entrara en vigor una nueva normativa que reduce considerablemente los requisitos de inversión para que los extranjeros obtengan la ciudadanía turca, precisamente con el objetivo de fomentar las inversiones extranjeras en el país.

Con la nueva normativa, el límite mínimo de inversión en capital fijo para adquirir la ciudadanía turca pasa de los 2 millones de dólares anteriormente fijados a sólo 500.000, mientras que los extranjeros que compren una propiedad inmueble por valor de 250.000 dólares –anteriormente se exigía un millón- podrán también recibir a cambio la ciudadanía.

También se podrá recibir la ciudadanía turca por tener un depósito en un banco turco, pero la cantidad mínima se rebaja de los 3 millones de dólares anteriores a sólo 500.000, mientras que los extranjeros que creen empresas que generen al menos 50 empleos –anteriormente el mínimo era 100- también podrán optar a la ciudadanía.

Se mantiene sin embargo el tiempo mínimo exigido en que los extranjeros deberán conservar su inversión o su propiedad en Turquía para poder optar a la ciudadanía turca, y que seguirá siendo de al menos 3 años.