El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan criticó el martes la sentencia emitida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, en el que pide la puesta en libertad del expresidente del partido nacionalista kurdo HDP, Selahattin Demirtaş.
“Las decisiones emitidas por el TEDH no son vinculantes para nosotros”, aseguró Erdoğan en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias Anatolia, a pesar de que en la realidad Turquía sí está obligada a acatar las resoluciones judiciales emitidas por el Tribunal de Estrasburgo, una corte internacional establecida por la Convención Europea sobre Derechos Humanos de la que la República Turca es signataria.
En su dictamen, el TEDH pide la puesta en libertad del político turco de origen kurdo afirmando que su detención desde 2016 supone una “represión del pluralismo” político en el país euroasiático.
Si bien el alto tribunal acepta que Demirtaş –por entonces diputado del parlamento turco- fue detenido en base a “sospechas razonables” de haber cometido un crimen, añade que las razones para mantenerlo encarcelado no son “suficientes” y constituyen por tanto “una interferencia injustificada con la libre expresión de opinión de las personas”.
Asegura el TEDH en su sentencia que la prolongación de su permanencia en prisión, tanto durante el referéndum constitucional de 2017 como especialmente durante las últimas elecciones presidenciales celebradas a finales de junio en Turquía –en las que Demirtaş llegó a presentar su candidatura desde la cárcel-, suponen un intento de “reprimir el pluralismo y limitar la libertad del debate político, que forman parte del núcleo principal del concepto de una sociedad democrática”.
“El tribunal por tanto ha considerado, por unanimidad, que el Estado demandado (Turquía) debe tomar todas las medidas necesarias para poner fin a la detención previa al juicio del demandante”, concluye en su razonamiento el alto tribunal europeo.
No está clara cuál será la respuesta de las autoridades turcas ante esta sentencia; no obstante el ministro de Justicia del país, Abdulhamit Gül, ya adelantó este martes que habrá que “examinar la sentencia” pero que podrían usarse instrumentos legales para mantener al expresidente del HDP en prisión. “La autoridad judicial encargada del proceso (contra Demirtaş) responderá con una nueva resolución”, dijo Gül.
Demirtaş, de 45 años de edad y abogado de profesión, fue copresidente de la formación nacionalista kurda Partido Democrático de los Pueblos (HDP, por sus siglas en turco), actualmente la tercera fuerza política en la Gran Asamblea Nacional Turca (parlamento).
Desde noviembre de 2016 permanece en una prisión de la provincia turca de Edirne tras ser detenido acusado de vínculos con el grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), reconocido como una organización terrorista por la Unión Europea.
Por este y otros cargos, incluyendo el de apología del terrorismo, Demirtaş se enfrenta a una petición de la fiscalía de hasta un total de 142 años de prisión si es finalmente condenado. Pese a ello para las elecciones presidenciales del pasado mes de junio, el HDP lo designó como su candidato para batirse frente al propio Erdoğan, y llegó a reunir el 8,4% de los votos en la primera vuelta pese a tener que hacer campaña desde la propia cárcel, donde cumple prisión preventiva a la espera de juicio.
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