Un segundo terremoto que se desató el jueves por segunda vez en menos de un mes en la provincia de Yalova, situada en la región del Mármara donde se ubica también Estambul, podría ser un indicio de un seísmo mayor que podría alcanzar los 6,5 grados en la escala Richter, advierten los expertos.

El temblor, de 4,5 grados en la escala Richter, se produjo a las 9:34 de la mañana hora local (7:34 CET) con epicentro en el distrito de Çınarcık, según informó la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), y a una profundidad de sólo 7 kilómetros bajo la superficie terrestre lo que incrementó sus efectos.

De hecho el terremoto pudo sentirse en toda la región del Mármara, incluyendo las provincias de Bursa y Estambul. Aunque el gobernador de Yalova, Muammer Erol, confirmó a los medios que el suceso no había dejado heridos, sí causó pánico entre la población, consciente de que vive en una zona activa sísmicamente y atravesada por una falla tectónica.

De hecho en esta región del noroeste de Turquía –la más poblada del país- se espera un “Big One” que podría ocurrir en las próximas décadas, como el Gran Terremoto del Mármara que en 1999 arrasó la región dañando 285.000 edificios, matando a más de 17.000 personas y dejando a otras 600.000 sin hogar.

Los expertos advierten ahora que este segundo seísmo en menos de un mes en la provincia de Yalova, ambos con epicentro en el distrito de Çınarcık, podría ser un claro indicio de la próxima llegada de un terremoto mucho mayor.

Así lo cree Ahmet Ercan, un experto en geofísica que en declaraciones a la prensa turca recordó que el pasado 30 de noviembre se produjo un terremoto exactamente en la misma zona. “En un mes hemos sido testigos de dos terremotos: uno con una magnitud de 4,3 y otro de 4,5. La energía acumulada allí puede desatar un terremoto más grande”, aseguró.

Según Ercan, este seísmo de mayor intensidad podría ser inminente, y alcanzar una magnitud de 6,5 grados en la escala Richter afectando de manera importante a Estambul. No está claro sin embargo cuándo podría producirse este terremoto, y en cualquier caso está lejos de ser el “Big One” que llevan esperando décadas los estambulitas.