La Oficina del Gobernador de la provincia de Giresun, situada en la región turca del Mar Negro, ha presentado una solicitud formal ante el Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía para que la Isla de Giresun sea incluida en la lista tentativa de la UNESCO, paso previo a su reconocimiento como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Con una superficie de unas 4 hectáreas y situada a 1,6 kilómetros frente a las costas de la ciudad de Giresun, la isla –la mayor de la costa turca del Mar Negro- constituyó durante la Antigüedad y la Edad Media la única isla con un asentamiento en todo el Mar Negro Oriental.
Con una historia que se remonta al año 300 antes de Cristo, la Isla de Giresun ha recibido a lo largo de los siglos otros muchos nombres tales como Aretias, Ares, Areos Nesos (literalmente “Isla de Ares”) o Puga. Las antiguas leyendas griegas decían que estaba habitada por amazonas, y es mencionada en el mito de Hércules.
De hecho hoy día se pueden observar en la isla las ruinas de un antiguo templo sin techo –datado en el período clásico o helenístico- cuya construcción se atribuye a las amazonas, así como restos de murallas, una iglesia, una capilla, varias cámaras funerarias y un antiguo depósito de agua, entre otros muchos.
Dentro del templo se encuentra también una piedra redonda y negra (Hamza Taşı, en turco) a la que los mitos atribuyen poderes curativos y de fertilidad; se cree que su origen se remonta a tiempos romanos y que era usada en un culto a la diosa Cibeles. Fueron los romanos también quienes en el siglo I erigieron en la isla un asentamiento fortificado con varias torres para protegerse de la piratería.
En tiempos bizantinos se construyó hacia el siglo V o VI un monasterio, siendo la isla un importante centro religioso al igual que había sido durante la época clásica. No obstante varias construcciones defensivas datadas entre los siglos X y XII demuestran que la Isla de Giresun tuvo también un importante papel militar en la Baja Edad Media.
Se dice incluso que tras la caída de Constantinopla y del Imperio de Trebisonda, constituyó el último baluarte bizantino frente a los turcos otomanos.
La isla cuenta hoy día con un status de protección por parte del gobierno turco, que prohíbe la construcción en ella de edificios residenciales y sólo permite visitas limitadas y guiadas. “Como un patrimonio universal, la isla necesita ser protegida de muchas formas”, ha subrayado el gobernador de Giresun al hacer oficial su petición de reconocimiento ante la UNESCO.
Para aspirar a ser reconocido Patrimonio Mundial de la Humanidad, un sitio debe tener una importancia cultural universal y cumplir al menos uno de los diez criterios establecidos por la UNESCO, siendo el primero de ellos representar “una obra maestra del genio creativo humano”.
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