El parlamento griego ratificó el viernes el acuerdo alcanzado el año pasado entre los gobiernos de Atenas y Skopie por el que la antigua república yugoslava de Macedonia pasará a llamarse Macedonia del Norte, poniendo así fin a la disputa entre ambos países desde su independencia en 1991.
El acuerdo, que permitirá a Grecia levantar el bloqueo a la entrada de Macedonia en instituciones como la Unión Europea o la OTAN, no ha estado exento de polémica y ha contado con la oposición de amplios sectores nacionalistas en ambos países, especialmente en Grecia, donde a pesar de las intensas lluvias caídas en se han producido numerosas manifestaciones en la que han sido detenidas 150 personas desde el jueves.
La oposición al acuerdo con Skopie ha sido particularmente radical en la región griega de Macedonia, con capital en Tesalónica –la segunda ciudad más importante de Grecia- y fronteriza con la República de Macedonia. Allí se han producido violentas manifestaciones y los sectores nacionalistas creen que el pacto entre ambos países pone en peligro su identidad y su herencia cultural, que remontan a la época de Alejandro Magno.
De hecho el pacto entre Atenas y Skopie ha costado al primer ministro griego Alexis Tsipras la estabilidad de su gobierno, ya que los nacionalistas de Griegos Independientes (ANEL) abandonaron la coalición con SYRIZA en rechazo al acuerdo sobre Macedonia, por lo que Tsipras ha tenido que valerse del apoyo de parlamentarios independientes para sacar adelante la ratificación en el Consejo de los Helenos (parlamento griego).
Aun así, al menos tres diputados de la coalición izquierdista SYRIZA han denunciado que sus casas han sido víctimas de ataques violentos por parte de radicales nacionalistas opuestos al acuerdo con Macedonia. La propia ministra de Turismo de Grecia, Elena Kountoura, afirma haber recibido numerosas amenazas de muerte.
La República de Macedonia es un país cuyo nombre es similar al de la región histórica de Grecia con capital en Tesalónica, por lo que Atenas se ha negado a reconocer a este país bajo esta denominación desde su independencia de la antigua Yugoslavia.
El pasado mes de junio Grecia y Macedonia alcanzaron un acuerdo por el que éste último Estado pasaría a denominarse “República de Macedonia del Norte”, poniendo así teóricamente fin a una disputa que ha durado décadas y abriendo la puerta a que Atenas levante el veto al país balcánico.
Sin embargo el rechazo de los sectores nacionalistas en ambos países llevó a que en el referéndum para su ratificación celebrado el pasado 30 de septiembre en Macedonia sólo votasen en la consulta un 37% de los ciudadanos de ese país, por lo que al no haber alcanzando el mínimo del 50% de participantes no sería válido pese a que más del 94% de los que votaron lo hicieron por el “Sí”.
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