Es algo habitual que las mujeres y chicas jóvenes que son reclutadas y enviadas a los campos de entrenamiento del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) sean sometidas a abusos sexuales por parte de los líderes del grupo, y aquellas que se resisten o intentan escapar son asesinadas o acaban suicidándose.
Así lo aseguran miembros del grupo terrorista que fueron capturados por las fuerzas de seguridad turcas o se entregaron voluntariamente, y que revelan que los abusos son algo habitual entre los dirigentes de la organización.
Uno de los testigos de estas agresiones es un exmiembro del PKK que llegó a ser parte de la guardia personal del actual líder de facto de la organización, Murat Karayılan, y que relata el caso de una mujer llamada Dilan oriunda de Estambul que se integró en las filas del grupo terrorista y que acabó “suicidándose tras ser violada por Karayılan”.
Por su parte C.K., un miembro del PKK que fue capturado en 2018, aseguró que los abusos sexuales por parte de los mandos de la organización son conocidos, pero que éstos no reciben ningún castigo por sus delitos.
Precisamente el Departamento de Estado de EE.UU. anunciaba el pasado mes de noviembre que ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de dólares por cualquier información que condujese a la captura de Karayılan junto con otros destacados líderes que integran la cúpula del PKK, incluyendo Cemil Bayık y Duran Kalkan. Karayılan ha estado al frente del PKK desde que el líder histórico de la organización, Abdullah Öcalan, fuera capturado en 1999 y condenado a cadena perpetua.
Otra mujer exmiembro del PKK habría confesado a las fuerzas de seguridad turcas que tras ser reclutada por el grupo y llevada a los campos de entrenamiento que posee la organización terrorista en los montes Kandil (en el norte de Irak), fue violada durante su segunda noche allí.
“Las mujeres sufren abusos sexuales por parte de los miembros de alto rango. No hay fuerza que pueda evitarlo. Yo conozco a muchas víctimas. Estas mujeres han visto la cara horrible de la organización, y terminaron escapando del PKK”, relató otro exmiembro del grupo, identificado únicamente por las siglas K.A. por motivos de seguridad.
No obstante no es la primera vez que salen a la luz la existencia de abusos y violaciones contra las mujeres que integran la organización. Es conocido el caso de la mujer apodada dentro del PKK con el alias de Mardinli Rojin (Rojin de Mardin, en turco), una militante del grupo terrorista.
Tras ser enviada a Siria en 1995, Mardinli Rojin fue violada por un alto mando del PKK y posteriormente asesinada. Finalmente su cuerpo fue arrojado a las aguas del río Tigris por orden del propio Öcalan.
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