Un grupo de buceadores turcos y armenios se juntaron el lunes en el Lago Van, situado en la provincia oriental del mismo nombre y el mayor lago de toda Turquía, para concienciar a la opinión pública sobre la necesidad de proteger este lago salino de origen volcánico.
En el marco de un proyecto puesto en marcha por el Ayuntamiento Metropolitano de Van, buceadores turcos de la Escuela de Buceo de Van y un grupo de diez buceadores armenios se reunieron a orillas del que es uno de los mayores lagos endorreicos –sin salida al mar- del mundo.
Portando pancartas con eslóganes escritos en turco y armenio, los buceadores de ambos países recogieron la basura que encontraron durante su inmersión para llamar la atención sobre la contaminación que sufre este lago de 3.755 kilómetros cuadrados, y cuya orilla norte se encuentra a sólo 100 kilómetros de distancia del famoso Monte Ararat.
Situado en el extremo oriental de Turquía, el Lago Van es un lago salino de aguas ricas en carbonato cálcico, alimentado por numerosos ríos pequeños procedentes del deshielo de las montañas cercanas pero sin una salida al mar. Su salinidad es tal que, pese a que en esta región las temperaturas en invierno alcanzan fácilmente los 20 grados bajo cero, el lago nunca se hiela.
En los dos últimos años el Lago Van ha ganado notable popularidad como destino turístico en Turquía y se han abierto al público incluso playas en sus orillas que han recibido el distintivo de la Bandera Azul. El lago es también muy popular entre los buceadores por su riqueza natural y también por contener muchos restos y tesoros sumergidos, incluyendo barcos o fortificaciones pertenecientes a civilizaciones antiguas.
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