Un potente terremoto de 5,8 grados desató el pánico este jueves en Estambul por temor a que fuera el preludio a un seísmo de mayor intensidad, especialmente después de que hace sólo dos días otro terremoto de intensidad 4,9 en la escala Richter sacudiera la misma región.
Según informó la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD) la sacudida telúrica tuvo lugar a las 13:59 hora local (12:59 CET) a unos 6,99 kilómetros de profundidad bajo el Mar de Mármara, frente a las costas del distrito de Silivri, a las afueras del lado europeo de Estambul.
El temblor, que pudo sentirse también con intensidad en varias provincias del noroeste de Turquía bañadas por el Mar de Mármara (la región más poblada del país), obligó al gobernador de Estambul a ordenar el cierre y la evacuación de los colegios y hospitales de la provincia en medio de escenas de pánico. No se informó por el momento ni de víctimas ni de daños de consideración, si bien algunos medios mencionaron la aparición de grietas en algunos edificios.
Sólo 25 minutos después de produjo una réplica que alcanzó una intensidad de 4,1 grados. Además los sismólogos ya habían detectado dos horas antes de la sacudida principal otro movimiento en la falla que atraviesa el Mar de Mármara, que alcanzó entonces los 2,9 grados en la escala Richter.
¿Preludio a un "Big One"?
Hace dos días un seísmo que alcanzó los 4,9 grados de intensidad y que tuvo como epicentro la misma zona donde se desató el de este jueves, ya causó una notable inquietud entre los residentes de Estambul, donde los sismólogos llevan tiempo advirtiendo que podría producirse un terremoto que alcanzaría los 7 grados en un plazo máximo de 30 años.
Bülent Özmen, experto en sismología de la Universidad Gazi de Ankara, señaló entonces que los movimientos telúricos en el Mármara son "la forma en que las fallas activas en el mar nos dicen que siguen existiendo". "Más que hablar sobre cuándo se producirá un terremoto, deberíamos centrarnos en minimizar los riesgos en caso de un seísmo", añadió.
En cualquier caso ni el temblor de hace dos días ni el que nuevamente se ha desatado este jueves en la región del Mármara son un fenómeno nuevo para un país que se encuentra entre los más activos sísmicamente del mundo, y donde se calcula que se producen alrededor de 1.000 movimientos sísmicos de distinta intensidad al mes.
No obstante el mayor peligro es el que representa la Falla Anatolia Norte que atraviesa el norte de Turquía y el Mar de Mármara, y que en 1999 fue la que desató un terremoto de 7,5 grados que dejó más de 17.000 muertos y más de 600.000 personas sin hogar.
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