El ejército turco apoyado por el denominado Ejército Nacional Sirio lanzó el miércoles la esperada operación militar en el norte de Siria contra el YPG (Unidades de Protección del Pueblo), un grupo armado vinculado a la organización terrorista PKK, según anunció el propio presidente turco Recep Tayyip Erdoğan.
"Nuestro objetivo es destruir el corredor terrorista que está intentando ser establecido en nuestra frontera sur, y llevar la paz a la región", subrayó Erdoğan en un mensaje publicado en su cuenta oficial en Twitter al hablar de la que es la tercera operación lanzada en la región por Turquía en los últimos años, y que ha sido bautizada en esta ocasión como "Fuente de Paz" (Barış Pınarı, en turco).
La operación, según aseguró el presidente turco, tiene por objetivo acabar con la amenaza que representa para la seguridad nacional de Turquía la presencia de grupos terroristas en su frontera sur, así como crear una región estable en el norte de Siria a la que puedan regresar de forma segura los refugiados sirios. "Protegeremos la integridad territorial de Siria, y liberaremos al pueblo de la zona de las garras del terrorismo", concluyó Erdoğan.
La nueva operación militar turca en Siria ha sido anunciada pocas horas después de que el ministro de Defensa turco Hulusi Akar confirmara que los preparativos y el despliegue de fuerzas en la frontera para una ofensiva contra el YPG en la región había sido completado. También en las últimas horas se había producido una intensa actividad diplomática por parte de Ankara para explicar los motivos de su operación.
Turquía informó a Rusia, Irán y Estados Unidos de la operación
Este mismo miércoles por la mañana, el presidente turco Tayyip Erdoğan telefoneaba a su homólogo ruso Vladimir Putin para confirmarle los planes de Turquía de poner en marcha una operación militar contra el YPG al este del río Éufrates, mientras el gobierno de Irán -otro de los aliados del régimen de Assad- mostraba también su apoyo a los planes de Ankara.
En un artículo de opinión publicado en el diario The Washington Post, el jefe de comunicaciones de la Presidencia de Turquía, Fahrettin Altun, aseguraba que el objetivo de la ofensiva es tanto el YPG y otras organizaciones vinculadas al PKK, como acabar con la presencia de militantes del Daesh en la región.
"Turquía, que posee el segundo mayor ejército de la OTAN, está deseando tomar el liderazgo ahora (en la lucha contra el Daesh) y hacer regresar de nuevo a Siria a millones de refugiados en el proceso", escribió Altun pidiendo a la comunidad internacional que apoye el plan turco para reconstruir y estabilizar toda la región norte de Siria.
El martes, un día antes de la operación, el parlamento turco había ratificado una moción que extendía por otro año la autorización a las Fuerzas Armadas de Turquía (TSK) para llevar a cabo operaciones fuera de sus fronteras en Siria e Irak. También el pasado domingo Estados Unidos había confirmado que retiraba a sus soldados de las zonas bajo control del YPG donde el ejército turco tenía planeado lanzar su ofensiva.
La tercera operación militar de Turquía en Siria
La mayor parte del norte de Siria está bajo el control de las autodenominadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una organización que en realidad es un eufemismo creado por Estados Unidos para ocultar la presencia del YPG en la región, dados los evidentes vínculos del YPG con el PKK y que Washington reconoce a este último como una organización terrorista, que desde 1984 es responsable de la muerte de más de 40.000 personas en Turquía.
Con su la nueva ofensiva lanzada hoy son ya tres las operaciones militares del ejército turco en Siria, tras las bautizadas como Escudo del Éufrates -dirigida principalmente a expulsar al Daesh de la frontera sur de Turquía- y Rama de Olivo, que tuvo como objetivo el cantón fronterizo de Afrin, controlado también por el YPG. Ambas operaciones permitieron el regreso a su país de cerca de 400.000 refugiados sirios.
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