26 años después de la terrible masacre cometida por el grupo terrorista PKK en el pueblo de Yavi, en la provincia turca de Erzurum, sus habitantes aún siguen recordando con un tremendo dolor aquella matanza en la que los terroristas asesinaron a sangre fría a 38 personas, cinco de ellas niños.
Fue un 25 de octubre de 1993 cuando el pequeño pueblo de Yavi vivió una de las peores matanzas de la historia de Turquía a manos del PKK. Cuatro terroristas llegaron al pueblo a bordo de una furgoneta robada disfrazados de gendarmes, y entraron en una cafetería donde los habitantes del lugar se habían reunido para ver la televisión.
Allí los habitantes del pueblo les ofrecieron té, y los cuatro supuestos gendarmes les dijeron que iban a proceder a realizar un control de identificación por lo que pidieron que fueran a avisar a todos los jóvenes del pueblo para que acudieran también al local. Cuando todos estuvieron reunidos en el local, gritaron "¡Esto es territorio del Kurdistán!" y comenzaron a disparar a sangre fría a todos los presentes.
La masacre acabó con buena parte de los habitantes del pueblo, causando 38 muertos -5 de ellos niños- y 50 heridos. Dos días después en medio de la indignación popular miles de personas se manifestaban por las calles al grito de "muerte al PKK", mientras las autoridades afrontaban numerosas críticas, acusadas de no poder proteger a la población civil de los terroristas.
"Los disparos no cesaron durante 10 ó 15 minutos"
Han pasado 26 años de aquel horrible día pero los supervivientes de la matanza siguen recordándola con dolor y como si fuera el primer día. Es el caso de Abdülcelil Köse, uno de los que sobrevivió aquel día aunque resultó herido de gravedad tras recibir nada menos que siete disparos; Köse cuenta que los terroristas llegaron al bar mientras la gente veía la televisión.
"Primero nos pidieron nuestra documentación. Nos reunieron dentro del bar junto con otras personas que habían traído de la calle, y apagaron la televisión. Entonces los terroristas del PKK abrieron fuego contra todos los que estaban dentro, sin pronunciar una palabra... 32 personas fueron martirizadas (asesinadas) en el acto", relató.
"Hüseyin Dursunoğlu, que estaba herido, murió más tarde. Mi padre y mi tío también murieron, y mi otro tío quedó herido... Ojalá que este suceso no hubiese ocurrido. El dolor que sentimos en aquel entonces aún sigue fresco hoy día", aseguró Köse.
Yıldırım Yavilioğlu, otro de los que sobrevivieron a la masacre tras resultar herido, afirma que el PKK quiso dar una lección a quienes no comulgaban con sus ideas y se mantenían fieles a su país. "El primer mártir de la masacre fue Alaattin Akdeniz, que les hizo frente. Luego dispararon contra todos los demás... Los disparos no cesaron durante 10 ó 15 minutos", dijo Yavilioğlu.
"Vi cómo recargaba sus armas. Siguieron disparando incluso mientras huían en su camioneta... Esa tarde, yo estaba tomando el té con un amigo. Yo sobreviví, pero él murió. Aún siento ese dolor. Es imposible olvidar lo que ocurrió", concluye al hablar de la terrible masacre del PKK.
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