Salwa, la niña siria de sólo 3 años que se hizo famosa en todo el mundo después de que aprendiera a reírse de las bombas porque su padre le hizo creer que los bombardeos del régimen sirio eran sólo un juego, ya está a salvo en Turquía, a donde llegó el martes procedente de Idlib, último bastión de los rebeldes sirios y donde la ofensiva de Assad amenaza con desatar una catástrofe humanitaria.
El video de Salwa con su padre, que para proteger a su hija de la guerra le enseñó a reírse cada vez que oía el ruido de un bombardeo, se hizo viral hace unos días en todo el mundo y enseñó una forma increíble de afrontar la brutalidad y el terror de la guerra en Siria a través de la inocencia de una niña.
Ayer, Salwa y su padre Abdullah Mohamad abandonaban finalmente Siria y entraban en la provincia turca de Hatay para iniciar una nueva vida en la que su hija podrá jugar de verdad, sana y salva, sin tener que recurrir a engaños para ocultarle los horrores de la guerra. En declaraciones a medios turcos, Mohamad se mostró muy feliz y quiso dar las gracias al pueblo turco y a su gobierno por el apoyo que siempre han dado al pueblo sirio.
"Ahora, mi hija podrá ir al colegio. Espero que la guerra en Siria pueda acabar pronto, y poder regresar" comentó Mohamad, que explicó que publicó el famoso video que se hizo viral en todo el mundo para que la comunidad internacional supiese a lo que se enfrentan cada día 3 millones de sirios en la provincia de Idlib.
La ONU investiga los crímenes de guerra en Siria
Según la ONU unas 900.000 personas han tenido que huir de la brutal ofensiva lanzada sobre Idlib en los últimos meses por el régimen de Bashar al-Assad con apoyo de sus aliados iraníes y rusos, que bajo el pretexto de atacar a los grupos terroristas en la zona pretende tomar el último gran bastión de los rebeldes que combaten al gobierno de Damasco: una acción que amenaza con desatar la mayor catástrofe humanitaria desde el inicio del conflicto.
Esta semana Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, aseguró que la ONU está investigando la existencia de crímenes de guerra en Siria, donde los ataques reiterados contra la población civil e infraestructuras civiles y sanitarias no pueden ser un mero "accidente", especialmente cuando más de 70 hospitales han sido bombardeados en los últimos meses.
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