El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan se dirigió el miércoles por la noche al país en un discurso televisado en el que abordó la crisis causada por el brote de coronavirus, asegurando que si los ciudadanos siguen las recomendaciones de las autoridades será posible frenar la transmisión del COVID-19 en sólo 2 ó 3 semanas.
En su discurso, Erdoğan quiso transmitir confianza y tranquilidad a la ciudadanía subrayando que Turquía superará el brote del coronavirus "en el menor tiempo posible", pero insistiendo en que la gente debe quedarse en casa y evitar salir a la calle, y aplicar las medidas de precaución. Turquía aún no ha impuesto una cuarentena oficial, pero esta semana el ministro del Interior no descartó tomar esta y otras medidas si los contagios se disparan.
"Hemos hecho preparativos para todos los escenarios", dijo el presidente turco. "Si frenamos la velocidad de propagación del virus en 2 ó 3 semanas, atravesaremos este período lo antes posible y con el menor daño posible", recalcó Erdoğan, añadiendo que actualmente se está realizando un seguimiento en sus hogares a más de 53.000 personas sospechosas de tener el virus, además de a otras 8.554 en hospitales por todo el país.
En su habitual comparecencia a última hora del día para informar sobre las últimas novedades sobre la epidemia, el ministro de Salud Fahrettin Koca anunció en la noche del miércoles que tras practicarse unos 28.000 tests el número de positivos confirmados había ascendido a 2.433 personas (561 más que el día anterior), mientras que se han registrado 59 fallecidos por la enfermedad del COVID-19.
El ministro, que el día anterior había reconocido por primera vez que el coronavirus se estaba transmitiendo en Turquía más allá de los casos importados y que había casos repartidos por todo el país, quiso elevar el tono de advertencia recordando que "las precauciones nos mantienen vivos". "Las cifras no explican el dolor por las pérdidas, o la ansiedad. Intentemos vivir sin riesgos", sentenció.
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