Turquía realizará tests de detección del coronavirus a los turistas extranjeros que lleguen de viaje al país como parte de los planes de reapertura del sector turístico, que prevé recibir a los primeros turistas nacionales a finales de mayo y comenzar a acoger a turistas internacionales en junio, según anunció el ministro de Salud Fahrettin Koca.
"Tras la fiesta (del final del Ramadán, a finales de mayo) planeamos (...) realizar tests de forma masiva a las personas que lleguen del extranjero", dijo el ministro, añadiendo que la opción preferible es usar tests PCR con los turistas, en lugar de tests rápidos.
Koca destacó que la estrategia de lucha contra el coronavirus que ha seguido Turquía ha demostrado su éxito, pero advirtió a los ciudadanos que deben seguir manteniendo la distancia social y evitar las aglomeraciones. "Vamos a derrotar este virus, como se ha hecho a lo largo de la historia", insistió.
El ministro señaló que aunque el uso de mascarillas y el distanciamiento social son importantes, no son suficientes para garantizar al 100% que no se produzcan contagios, por lo que la gente debe evitar situaciones de riesgo. Además advirtió que aunque se han logrado grandes avances frente a la pandemia, aún no se puede decir que se halla vencido al coronavirus.
El virus está bajo control en Turquía
Durante una conferencia de prensa ofrecida el miércoles tras asistir a una reunión virtual del Consejo Científico Nacional sobre el Coronavirus, Koca aseguró que dado que el número de pacientes que han superado el COVID-19 sigue aumentando por quinta semana y supera ya los 100.000, "bajo estas condiciones, la pandemia está bajo control". "Aunque tenemos una capacidad de realizar 50.000 tests al día, ya no hay necesidad por el descenso de nuevos casos", dijo.
Koca atribuyó precisamente el éxito de la lucha contra el virus en Turquía a la capacidad de realizar tests diarios y a la trazabilidad de los posibles contagios, explicando que un equipo formado por más de 6.000 personas ha trabajado día y noche para realizar un seguimiento de los posibles contactos de los casos positivos, para evitar así más contagios.
"Un equipo compuesto por 6.239 miembros ha contactado con más de 722.000 personas que tuvieron contacto con un paciente confirmado (de coronavirus). De este modo, las personas que probablemente habían contraído el virus fueron puestas en cuarentena antes de convertirse en portadores e infectar a otros. Si sólo nos hubiésemos fijado en los pacientes, habría sido un desastre", concluyó el ministro.
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