El renovado debate político sobre la reapertura al culto o la conversión en mezquita del museo de Santa Sofía ha vuelto a acaparar la agenda política de Turquía tensando aún más el tono y la bronca entre los partidos, que ya llegaron esta semana a las manos en el parlamento.
Desde el principal partido de la oposición, el kemalista CHP, el diputado İbrahim Kaboğlu insistía en que el patrimonio cultural común debe seguir siendo un museo, y citaba como ejemplos que deberían ser museos Santa Sofía, el Palacio Topkapı y la Mezquita de Sultanahmet (la Mezquita Azul).
"El Palacio Topkapı debería ser preservado como museo, Santa Sofía debería ser preservado como museo, e incluso (la mezquita) Sultanahmet debería ser un museo, porque son una herencia común de la humanidad", afirmaba Kaboğlu esta semana ante el parlamento, acusando al AKP de "instrumentalizar el poder judicial" por llevar la cuestión del uso de Santa Sofía ante el Consejo de Estado, el más alto órgano administrativo de Turquía.
El AKP acusa a la oposición de falta al respeto a los valores religiosos
Sin embargo las palabras del diputado del CHP sobre una supuesta conversión de la famosa Mezquita Azul en un museo desataron numerosas críticas, por lo que Kaboğlu se vio obligado posteriormente a corregir sus declaraciones, afirmando a la prensa turca que nunca había hablado de convertir la mezquita en un museo sino de darle una visión "desde una perspectiva más universal".
Desde el AKP, su portavoz el exministro de Cultura Ömer Çelik acusaba no obstante a Kaboğlu de faltar al respeto a los valores religiosos y la cultura de Turquía por su propuesta de convertir Sultanahmet en un museo. "Condenamos enérgicamente esta mentalidad", dijo Çelik, asegurando que el CHP utilizaba el mismo discurso que los "países enemigos de Turquía".
"Turquía ha reforzado durante muchos años el respeto por los lugares de oración de todas las religiones. El CHP está cometiendo todo tipo de faltas de respeto en el parlamento hacia este país", recalcó el portavoz del AKP.
La oposición acusa al AKP de no ser sincero sobre la conversión de Santa Sofía
Desde el también partido de la oposición İYİ Parti -aliado electoral del CHP- su líder Meral Akşener acusaba directamente al presidente turco y líder del AKP Recep Tayyip Erdoğan de crear "crisis artificiales" para desviar la atención pública de los problemas económicos, afirmando incluso que en realidad ni el AKP ni Erdoğan tienen intención de convertir Santa Sofía en una mezquita.
"Santa Sofía es un ejemplo de esto. En cuanto (en el AKP) han tenido problemas en los últimos 18 años, han sacado el tema de Santa Sofía", dijo Akşener en un discurso ante diputados de su partido. Para demostrarlo, la presidenta del İYİ Parti recordó que su partido había presentado una moción para estudiar la reapertura al culto de Santa Sofía y poner a prueba la sinceridad del AKP sobre esta cuestión.
"El AKP votó en contra. El MHP (aliado electoral del AKP) y el (nacionalista kurdo) HDP se abstuvieron, y nuestra moción fue rechazada", concluyó Akşener, insistiendo en que todo este debate no es más que una "cortina de humo" que el partido de Erdoğan utilizada siempre que lo necesita.
El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan se refería al tema en los últimos días diciendo que su gobierno tomará la decisión pertinente sobre el futuro de Santa Sofía una vez se pronuncie el Consejo de Estado, que deberá decidir si puede anularse el decreto gubernamental que en 1934 -bajo la presidencia de Kemal Atatürk- estableció la conversión de Santa Sofía -que funcionaba como mezquita desde la conquista de Constantinopla en 1453- en un museo aconfesional.
La tercera vía: abrir Santa Sofía al culto pero manteniéndola como museo
Por su parte en una entrevista televisada, el ministro de exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu recordaba que el estatus de Santa Sofía no es una cuestión internacional, sino un asunto interno de Turquía, al tiempo que respondía a Grecia que Atenas -que ha criticado recientemente la recitación del Corán en Santa Sofía- no está en posición de dar lecciones sobre libertad y respeto a las religiones, por el trato discriminatorio que da a la minoría turco-musulmana de la Tracia Occidental.
Varias asociaciones en Turquía llevan años pidiendo que Santa Sofía sea reconvertida en mezquita, aunque hasta ahora Erdoğan había esquivado la cuestión. La intención del AKP y de Erdoğan parece ser esperar a que el Consejo de Estado de Turquía se pronuncie el próximo 2 de julio. Dependiendo de su veredicto, son tres las opciones que habría sobre la mesa para el futuro de Santa Sofía: mantener su actual estatus como museo, o abrir de nuevo Santa Sofía como mezquita.
Una tercera vía pasaría por mantener su estatus como museo, pero al mismo tiempo autorizar su uso religioso como ya se ha hecho con monumentos cristianos que venían funcionando como museos, como el monasterio bizantino de Sümela. Todo apunta a que esta opción, que contentaría a los grupos religiosos y al mismo tiempo permitiría mantener el uso turístico de Santa Sofía -uno de los lugares más visitados por los turistas en Turquía- es la favorita del gobierno turco.
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