El FMI (Fondo Monetario Internacional) anunció ayer que espera que la economía turca crezca alrededor de un 6% en 2021, un 1% más que la anterior estimación realizada en octubre en su último informe Perspectivas de la Economía Mundial, a la luz de la positiva evolución de los datos económicos del país euroasiático y de la buena marcha de la vacunación contra el coronavirus en Turquía.
“Se espera que la inflación caiga ligeramente a finales de 2021… y el déficit se prevé que descienda al 3,5% del PIB, en gran parte reflejando la bajada de las importaciones de oro y una modesta recuperación del turismo”, señala el FMI. “Se prevé que el empleo continúe recuperándose lentamente a medida que la pandemia disminuye”, añade.
Si bien la pandemia de COVID-19 ha provocado -como en el resto de países- un parón de la actividad económica en Turquía y una caída del nivel de empleo durante el segundo trimestre de 2020, el FMI señala que los estímulos impulsadas por el gobierno turco condujeron a una rápida recuperación de la economía que se dejó sentir especialmente en el tercer trimestre del año pasado.
Entre esos estímulos a la economía se incluyeron un aumento del crédito a través de préstamos rápidos a intereses bajos, así como recortes en las tasas de interés; según el FMI, estas medidas contribuyeron significativamente a convertir a Turquía en uno de los pocos países que acabó 2020 con un crecimiento positivo de su economía.
Aun así el FMI señala varios riesgos para el crecimiento de la economía turca, como una inflación que sigue descontrolada, el aumento de la dolarización de la economía debido a la depreciación de la lira, las elevadas importaciones, las bajas reservas de divisas extranjeras y las elevadas necesidades de financiación externa.
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