El presidente turco Tayyip Erdoğan anunció ayer una serie de nuevas medidas que estarán en vigor durante el mes de Ramadán, y que incluyen un confinamiento parcial durante las dos primeras semanas a fin de frenar el preocupante aumento de contagios, que sigue batiendo récords desde el inicio de la pandemia.
Según las nuevas medidas anunciadas el martes, se impone desde hoy un toque de queda diario entre las 19:00 horas y las 5:00 de la madrugada de lunes a viernes, y todas las oficinas públicas cerrarán sus puertas las 16:00 horas. Además se prohíben los desplazamientos entre ciudades salvo por casos de urgencia, y los mayores de 65 y los menores de 18 no podrán usar el transporte público.
En el sector público, las mujeres embarazadas y con hijos menores de 10 años, así como todos los empleados que padezcan enfermedades crónicas, ocuparán puestos administrativos sin estar de cara al público, y se recomienda a las empresas privadas que tomen medidas similares. En la educación, todos los cursos salvo en las primeras etapas educativas comenzarán a partir del jueves clases online, y seguirán así hasta nuevo aviso.
Otras medidas anunciadas pero que ya se conocían son la prohibición para restaurantes, cafeterías y teterías de servir comida salvo para llevar; en los hoteles, sólo se podrá servir a los clientes que se alojen en sus habitaciones. Así mismo, lugares públicos tales como centros deportivos o salones de boda permanecerán cerrados al menos hasta el final del Ramadán.
Erdoğan advirtió que estas nuevas restricciones durante el Ramadán para frenar al coronavirus podrían hacerse aún más duras si no se doblega la curva de contagios; el martes se registró una cifra récord de casos en Turquía: 59.187 nuevos positivos en las últimas 24 horas, el número más alto desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020. Mientras, 19,16 millones de turcos han recibido ya al menos una dosis de la vacuna contra el virus.
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