Pfizer rechazó al inicio de la pandemia fabricar la vacuna contra el coronavirus desarrollada por el matrimonio de científicos turcos formado por Uğur Şahin y Özlem Türeci, fundadores de la compañía con sede en Alemania BionNTech, según han revelado informaciones publicadas en el periódico británico The Telegraph.
Según afirma el rotativo, los ejecutivos de la farmacéutica estadounidense Pfizer les respondieron al matrimonio Şahin-Türeci “chicos, esto no va a funcionar” cuando los científicos turcos les propusieron desarrollar y comercializar conjuntamente la vacuna en enero de 2020, justo cuando el virus comenzaba a propagarse por todo el mundo.
Entonces, los responsables de Pfizer justificaron su decisión diciéndoles que creían que el virus sería contenido y no llegaría a declararse una pandemia, por lo que no sería necesaria una vacuna. Phil Dormitzer, vicepresidente de Pfizer y científico jefe responsable de vacunas antivirales de la compañía, consideró además que la innovadora tecnología de ARN mensajero (ARNm) que querían utilizar los fundadores de BionNTech en su vacuna era demasiado experimental y no estaba lista para ser utilizada.
“Mi hipótesis de trabajo era que (el virus SARS-CoV-2) sería controlado”, admite ahora Dormitzer, explicando que supuso que este coronavirus sería contenido al igual que ocurrió en su día con los coronavirus que causaron los brotes de SARS o de MERS. Aun así, el matrimonio de científicos turcos se mantuvo firme en su idea de desarrollar una vacuna contra la COVID-19, y en utilizar la nueva tecnología de ARNm para conseguir que fuera eficaz.
El tiempo dio la razón al matrimonio turco fundador de BionNTech
Aquella doble apuesta, muy arriesgada por lo innovador de la técnica usada y por centrar todos los esfuerzos de BionNTech en un virus que en aquel momento ni siquiera estaba considerado como una pandemia por la OMS, demostró sin embargo en poco tiempo que Şahin y Türeci estaban en lo cierto.
Hoy, el valor de su compañía se ha multiplicado casi por 20 (4.600 millones de dólares antes de la pandemia, frente a unos 85.000 millones en la actualidad) pero, aun así, Şahin y Türeci siguen manteniendo una imagen modesta cuando son premiados por sus méritos, y atienden sin reservas a muchos medios, interesados en conocer la historia de este matrimonio de hijos de inmigrantes que creó la primera vacuna del mundo efectiva contra la COVID-19.
En declaraciones al diario británico, Şahin explicó que cuando él y su esposa decidieron hacerle la propuesta a “Phil” -como se refieren a Phil Dormitzer, de Pfizer- tenían una imagen muy clara de lo que creían que iba a pasar con el virus; aun así, Şahin afirma que encajaron la negativa de Pfizer y de Dormitzer porque consideraron que, dada la información que había disponible entonces, era “completamente racional”.
“Tras la conversación telefónica con Phil (para proponer la vacuna), me quedé pensando sólo por un segundo y dije: ‘Le llamaremos de nuevo en pocas semanas”, cuenta Şahin. Y es que la pareja creía que era sólo “cuestión de tiempo” que Pfizer cambiase de idea y aceptase su propuesta para fabricar la vacuna contra el coronavirus, una vez se hiciera evidente que el virus no iba a poder controlarse. Efectivamente: sólo un mes después, su compañía BionNTech anunciaba el acuerdo con Pfizer para producir conjuntamente la vacuna contra el coronavirus.
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