El presidente de Turquía, Tayyip Erdoğan, autorizó este lunes una operación terrestre contra la presencia del grupo terrorista YPG/PKK en el norte de Irak y Siria después de que durante el fin de semana el ejército turco bombardeara con cazas F-16 y drones varios objetivos del grupo como parte de la “Operación Garra-Espada” (Pençe Kılıç Harekâtı), en respuesta al atentado que el pasado domingo causó 6 muertos y 81 heridos en Estambul.
“Está claro que esta operación no se limitará sólo a una operación aérea”, declaraba ayer Erdoğan a los periodistas a bordo del avión presidencial, durante su regreso a Turquía tras haber participado en la inauguración del Mundial de Fútbol de Qatar. “Cuántas tropas del Ejército de Tierra vayan a participar, es algo que será decidido junto con nuestro Ministerio de Defensa y el Estado Mayor. Haremos nuestras consultas, y luego tomaremos las medidas en consecuencia”, explicó.
El presidente turco anunció que Ankara ha estado llevando a cabo contactos diplomáticos con varios países implicados sobre la cuestión “y ha dado y dará pasos en consecuencia”. Pero preguntado acerca de si Turquía había mantenido consultas con Estados Unidos (aliado del YPG) o con Rusia (aliado del régimen de Assad), Erdoğan dijo que no había consultado la operación ni con Biden ni con Putin, y aseguró que ambos líderes son conscientes de que Turquía puede llevar a cabo este tipo de operaciones en la región en cualquier momento.
“En primer lugar, esta operación en el norte de Irak y Siria no es una operación que fuera llevada a cabo sin más, preguntándonos qué va a decir quién, o qué pasará si hacemos esto o aquello”, dijo Erdoğan, añadiendo que ante cualquiera que represente una amenaza para Turquía, Ankara responderá “haciéndole pagar el precio”, aseguró el mandatario turco.
“Rusia era responsable de expulsar al YPG de Siria, pero no ha podido”
Con respecto al acuerdo alcanzado en 2019 con Rusia que estipulaba la retirada del YPG de una franja de 30 kilómetros en torno a la frontera de Turquía, Erdoğan señaló que Moscú no ha sido capaz de implementar dicho acuerdo, de ahí la intervención militar que está teniendo que llevar a cabo ahora el ejército turco. “Tenían la responsabilidad de limpiar de terroristas la región, pero por desgracia, aunque se lo hemos recordado en muchas ocasiones una y otra vez, no lo han hecho, y no pueden hacerlo”, dijo.
Tras la puesta en marcha a primera hora del domingo de la “Operación Garra-Espada”, el ejército turco lanzó una campaña de bombardeos contra objetivos del PKK y su rama siria, el YPG, en el norte de Siria e Irak. Unos 70 cazas de combate y drones armados tomaron parte en la operación, según Erdoğan, alcanzando un total de 89 objetivos. “Hasta ahora, 45 objetivos terroristas hasta 140 kilómetros dentro del norte de Irak, y 44 objetivos hasta 20 kilómetros dentro de Siria, han sido alcanzados”, confirmó a los medios el presidente turco.
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