Un total de 17 miembros de las fuerzas de seguridad turcas murieron en la mañana del sábado en la provincia de Siirt, al sureste del país, después de que su helicóptero se estrellara en una zona montañosa debido a las malas condiciones meteorológicas en la región.
Según informó a la prensa el gobernador de la provincia, Ahmet Aydın, el aparato -un helicóptero modelo Sikorsky de fabricación estadounidense- se estrelló en el monte Herekol ubicado en el distrito oriental de Pervari y todos sus ocupantes resultaron muertos en el acto a causa del accidente. 14 de las víctimas eran miembros de las fuerzas especiales de la gendarmería turca -incluyendo varios oficiales y suboficiales- que se dirigían a una zona próxima a la frontera con el norte de Irak para participar en unas operaciones en curso contra la presencia en la región de miembros del grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), mientras que las otras tres eran tripulantes del helicóptero.
Aydın descartó totalmente la posibilidad de un ataque terrorista y dijo que la causa segura del accidente era el mal tiempo y la espese niebla que había en la zona, que provocó que el helicóptero se estrellara contra las rocas. "Hemos llegado hasta los cuerpos (de las víctimas)... La causa del accidente es al ciento por cien la niebla", declaró el gobernador.
"El tiempo durante el transporte (de los militares) era malo. Había una lluvia intensa. El helicóptero se estrelló en las rocas a causa de la niebla... Cualquier tipo de ataque (contra el helicóptero) está totalmente descartado", explicó Aydın durante unas declaraciones televisadas.
Las Fuerzas Armadas Turcas (TSK) han estado llevando a cabo intensas operaciones contra la presencia del PKK en la región en los últimos días y semanas. El gobernador de la provincia fronteriza de Hakkari, ubicada en el extremo sureste del país y próxima a Siirt, informó el viernes que 42 miembros del PKK y un sargento especial de las fuerzas de seguridad turcas habían muerto el jueves durante una campaña de bombardeos contra posiciones del grupo armado a lo largo de la frontera con Irak e Irán, en la que además habían participado numerosos efectivos por tierra.
La prensa turca informaba también esta semana que miembros de las "Boinas Rojas", una unidad del ejército fuertemente entrenada en operaciones especiales, habían realizado una incursión terrestre en la noche del pasado martes en las regiones montañosas del norte de Irak fronterizas con Turquía, que el PKK usa como refugio seguro desde el que lanzar incursiones sobre territorio turco. Las fuerzas especiales turcas penetraron cinco kilómetros en el interior de Irak mientras media docena de cazas F-16 del ejército turco bombardeaban las instalaciones que el PKK tiene en los montes Kandil ubicados al norte del país.
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