Una ceremonia conmemorativa fue celebrada el miércoles en Estambul con motivo del 53º aniversario de la ejecución, el 17 de septiembre de 1961, del ex primer ministro Adnan Menderes tras un golpe de Estado del ejército turco.

Numerosas autoridades acudieron al mausoleo erigido en honor a Menderes en el cementerio de Topkapı, a las afueras de Estambul, donde se celebró un acto religioso al que asistieron entre otros el vice primer ministro turco Bülent Arınç, el alcalde metropolitano de Estambul Kadir Topbaş, el gobernador saliente de Estambul Hüseyin Avni Mutlu, y la hija política del asesinado, Ümran Menderes.

“Aquellos que han llevado a cabo golpes militares en Turquía ya no puede seguir siendo héroes que gobiernen este país, o sentirse felices diciendo ‘hemos escrito una nueva Constitución’ “, dijo Arınç, recordando que los autores del golpe de Estado de 1980 - los ex generales Kenan Evren y Tahsin Şahinkaya- han sido condenados recientemente a cadena perpetua por sus crímenes gracias a las reformas constitucionales introducidas desde 2010 por el gobierno, y que han permitido acabar con la impunidad de los militares golpistas.

Adnan Menderes fue primer ministro de Turquía entre 1950 y 1960 y uno de los fundadores en 1946 del Partido Demócrata. Durante sus diez años de mandato, Turquía experimentó grandes e importantes cambios, se unió a la OTAN y experimentó un crecimiento económico sin precedentes. El 27 de mayo de 1960 el ejército turco sin embargo dio un golpe de Estado contra el gobierno, y Menderes fue apresado junto con varios miembros de su gabinete, que fueron encarcelados en la isla de Yassıada, en el Mar de Mármara.

Tras un controvertido juicio militar en la misma isla, el tribunal emitió 15 condenas a muerte, de las cuales sólo tres –la de Menderes y dos de sus ministros- fueron llevadas a cabo. El ex primer ministro murió en la horca en 1961 acusado de violar la Constitución y ser el responsable del Pogromo de Estambul de 1955 contra la comunidad griega.

Sin embargo a principios de los años 90 su importante papel político y en la historia de Turquía fueron reconocidos, y sus restos se enterraron en un mausoleo en su honor construido a las afueras de Estambul.