El ministro de energía turco Taner Yıldız volvió a advertir el miércoles sobre el peligro que representa para la seguridad de Turquía y de toda la región la central nuclear armenia de Metsamor, un día después de que el gobierno armenio aprobara prolongar el funcionamiento de la única planta atómica del país caucásico hasta el año 2026.
“No consideramos que sea una decisión correcta operar la central nuclear de Metsamor a causa de sus riesgos medioambientales, su edad, el estado de la planta, y su falta de cumplimiento de las directrices del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)”, declaró Yıldız durante la inauguración en Estambul de la 21ª Conferencia Internacional sobre Energía y Medioambiente.
El ministro señaló que Turquía no puede aceptar que Ereván haya decidido continuar operando en su actual estado una central atómica situada a sólo 16 kilómetros de la frontera turca, añadiendo que Ankara “ya ha tomado medidas para oponerse al funcionamiento de Metsamor” y que hay otras alternativas si Armenia necesita garantizar su suministro eléctrico.
El propio Yıldız ya insistió hace un año sobre el riesgo de seguir operando esta planta atómica, construida en los años 70 con tecnología soviética y situada sobre una zona de alto riesgo sísmico. Por aquel entonces el gobierno turco ya expresó a la OIEA su preocupación sobre las condiciones de esta central, que estaba previsto cerrar en 2016 pero que Armenia quiere mantener abierta otros diez años mientras construye otra nueva que la sustituya.
Situada a 30 kilómetros de Ereván, Azerbaiyán y la propia Unión Europea también han expresado su preocupación por la situación de Metsamor, que proporciona el 40% de la energía del país pero que no cumple los estándares mínimos de seguridad. La planta ya tuvo que ser cerrada a finales de los años 80 después de que la región sufriera un terremoto.
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