Turquía no considera al embajador estadounidense en Ankara, John Bass, como el representante de Estados Unidos en el país, según afirmó el martes el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan en medio de la grave crisis diplomática que enfrenta a ambos países.
“El embajador actualmente está realizando visitas de despedida, pero ni nuestros ministros, ni el presidente del parlamento, ni yo mismo hemos aceptado estas visitas de despedida porque no lo vemos como el representante de EE.UU. en Turquía”, dijo Erdoğan durante una conferencia de prensa junto con su homólogo serbio desde Belgrado, donde se encuentra de visita oficial.
El presidente turco también se cuestionó cómo es posible que “se hubiesen infiltrado espías” en el consulado estadounidense en Estambul, refiriéndose a los recientes arrestos por estos cargos contra dos miembros del personal del consulado, arrestos que precisamente han desatado la actual crisis bilateral entre Ankara y Washington. “Y si no se han infiltrado, ¿quién los ha puesto allí?”, se preguntó Erdoğan.
‘’Turquía no pedirá permiso a EE.UU. para detener a sospechosos’’
Por su parte durante la reunión habitual de los martes con diputados del AKP, el primer ministro turco Binali Yıldırım criticó a Estados Unidos por suspender la emisión de visados para los ciudadanos turcos en represalia por las detenciones, subrayando que Turquía no necesita el permiso de Washington para detener o juzgar a sospechosos.
“En Turquía existe un Estado de derecho y si alguien de la misión diplomática de EE.UU. comete un crimen, él o ella no tendrá ningún privilegio”, dijo Yıldırım, cargando contra su “aliado” de la OTAN por su respuesta ante las detenciones, y recordándole a Washington que nunca pidió permiso a Ankara cuando detuvo al vice director general del banco estatal turco Halkbank, Mehmet Hakan Atilla.
El primer ministro turco recordó que según las encuestas cerca del 80% de los ciudadanos turcos desconfían de Estados Unidos, país que –según hizo hincapié- sigue sin cooperar con Turquía en la persecución de los autores del fallido golpe de Estado del año pasado –incluyendo la extradición del clérigo islámico Fethullah Gülen- mientras además presta apoyo a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), un grupo armado sirio que Ankara considera la rama siria del PKK, pese a que EE.UU. sí reconoce por contra a éste último como una organización terrorista.
“Si los Estados Unidos quieren que nuestra alianza continúe, entonces necesita dejar de apoyar en Siria al YPG, que son los primos de los terroristas del PKK”, insistió Yıldırım, añadiendo que no resulta lógico que un país que se supone aliado de Turquía coopere con sus enemigos.
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