Turquía criticó duramente las sanciones impuestas el miércoles por Estados Unidos en represalia por la detención de un pastor evangélico cristiano y anunció que respondería inmediatamente con sanciones similares contra Washington, en una nueva vuelta de tuerca a las ya deterioradas relaciones que mantienen los dos países aliados y miembros de la OTAN.
“Protestamos enérgicamente contra las sanciones anunciadas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos... Esta actitud agresiva no sirve a ningún interés y será represaliada de la misma forma sin demora”, advertía un comunicado divulgado el 1 de agosto por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía.
El comunicado fue divulgado pocas horas después de que la Casa Blanca anunciara una serie de sanciones financieras y económicas contra los ministros turcos de Justicia e Interior, Abdülhamit Gül y Süleyman Soylu, por lo que la secretaria de prensa Sarah Sanders consideró como el papel clave desempeñado por ambos ministros en el prolongado arresto del pastor Andrew Brunson.
“Como resultado de estas acciones, cualquier propiedad o interés en una propiedad, tanto del ministro de Justicia de Turquía Abdülhamit Gül como del ministro de Interior Süleyman Soylu dentro de la jurisdicción de los Estados Unidos queda bloqueada, y se prohíbe de manera general a los estadounidenses llevar a cabo transacciones con ellos”, anunció un comunicado del Departamento del Tesoro de los EE.UU.
Aunque el comunicado divulgado horas después desde Ankara no detallaba qué tipo de sanciones adoptará Turquía como represalia, es de esperar que sean acciones similares que en este caso irían dirigidas contra el Fiscal General Jefferson Sessions y el Secretario de Interior Ryan Zinke.
“Pedimos a los Estados Unidos que dé marcha atrás en esta decisión errónea”, insistía el comunicado divulgado el miércoles por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, subrayando que las sanciones emprendidas por Washington “no pueden ser explicadas bajo conceptos de ley o justicia” y podrían considerarse como una “intervención irrespetuosa” en el sistema judicial turco, además de que dañarán seriamente los esfuerzos actualmente en marcha para resolver las tensiones bilaterales entre ambos países.
A través de su cuenta oficial en Twitter, el propio ministro de exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu se reafirmó en las críticas hechas por su ministerio y aseguró que las medidas emprendidas por EE.UU. no quedarán sin respuesta. “No podremos resolver nuestros problemas (con Estados Unidos) hasta que la administración estadounidense no se dé cuenta de que no puede conseguir sus demandas ilegales por medio de estos métodos”, escribió Çavuşoğlu en las redes sociales.
Por su parte el ministro turco de Justicia Abdülhamit Gül, uno de los afectados por las sanciones, declaró no tener “ni siquiera un simple céntimo” en inversiones en Estados Unidos, por lo que las medidas anunciadas por el Departamento del Tesoro no le afectarán en absoluto. “No tengo ningún otro sueño más que vivir en mi país”, aseguró.
Brunson, un pastor de Carolina del Norte que ha vivido en Turquía durante más de 20 años y está acusado en Turquía de mantener vínculos con el movimiento religioso dirigido por Fethullah Gülen –denominado por las autoridades turcas bajo las siglas FETÖ, acusado de instigar el fallido golpe de Estado de 2016 y que reside en un rancho en Pensilvania- y de apoyar al grupo terrorista PKK, fue puesto en libertad el pasado 25 de julio tras una apelación de su abogado citando los problemas de salud del pastor evangélico, de 50 años de edad. Sin embargo posteriormente un tribunal de la ciudad de İzmir (Esmirna) ordenó su arresto domiciliario y le prohibió salir del país.
El caso de Brunson ha tensado en los últimos meses las relaciones entre Ankara y Washington, que ha pedido reiteradamente su liberación asegurando que el pastor se encuentra “injustamente detenido”; sin embargo el gobierno turco ha respondido a estas demandas diciéndole a la administración Trump que el caso está en manos de los tribunales y que por lo tanto el ejecutivo no puede intervenir en el proceso.
El anuncio de las sanciones por parte de Estados Unidos contra los dos ministros turcos ha llevado a la lira turca, que ya ha perdido más de un 20% de su valor en lo que va de año, a marcar nuevos mínimos históricos en su cotización frente al dólar, llegando a cambiarse cada divisa estadounidense por más de 5 liras.
Para añadir más leña al fuego, el Senado de los Estados Unidos anunciaba el miércoles que la decisión de retrasar la entrega de los nuevos cazas de combate F-35 de quinta generación al ejército turco había sido aprobada por 87 votos a favor y sólo 10 en contra en la Asamblea General. La decisión sólo está pendiente de la aprobación final del presidente Donald Trump, que probablemente le dará el visto bueno dada la situación actual de las relaciones bilaterales.
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