El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan ofreció el miércoles sus condolencias a los armenios muertos durante la I Guerra Mundial en una carta dirigida al patriarca en funciones de la comunidad ortodoxa armenia en Turquía, Aram Ateşyan, coincidiendo con la conmemoración en muchos países de lo que Armenia y su diáspora insisten en que fue un “genocidio” cometido contra los armenios que vivían en el Imperio Otomano.
Tras iniciar su carta lamentando la reciente muerte del patriarca ortodoxo armenio Mesrob Mutafyan, Erdoğan ofrece en el escrito sus sinceras condolencias a los descendientes de los armenios otomanos que perdieron la vida en medio de las difíciles condiciones vividas en medio de la I Guerra Mundial y la desintegración del Imperio Otomano.
“Como ocurrió con la desintegración de otros imperios, también el Imperio Otomano fue testigo de muchas crisis humanitarias dentro de sus fronteras, así como en su geografía cercana, durante sus últimas etapas”, escribe Erdoğan.
“Deseo que la misericordia de Dios descienda sobre los ciudadanos otomanos que perdieron sus vidas debido a las epidemias, la migración masiva y los disturbios llevados a cabos por bandas y grupos armados, que se multiplicaron a causa de la debilidad de la autoridad del gobierno”, añade.
Reconociendo la importante contribución que la comunidad armenia tuvo durante el Imperio Otomano y la nueva República Turca, Erdoğan subraya que los armenios que viven en Turquía aún siguen jugando un rol destacado en todos los aspectos de la vida social, política y económica del país como ciudadanos libres e iguales, al igual que ya ocurriera en el pasado.
El presidente turco señala además que el objetivo común debe ser curar las heridas del pasado y fortalecer los lazos mutuos entre turcos y armenios, teniendo en cuenta los momentos de alegría y de dolor que ambas comunidades han compartido a lo largo de su historia común.
Por último Erdoğan afirma en la carta que siempre estará al lado de la comunidad armenia para aliviar su sufrimiento y ayudarle a resolver cualquier problema, recalcando que no permitirá que ni un solo armenio sufra discriminación en Turquía, y subrayando la “especial importancia” que tiene para Turquía la paz, la seguridad y la felicidad de la comunidad armenia del país.
Armenia y su diáspora defienden que hasta un millón y medio de armenios murieron a manos del Imperio Otomano alegando que el gobierno otomano estableció un plan determinado para exterminar a la población armenia del imperio, en lo que consideran fue el primer genocidio de la Historia.
Turquía no niega que miles de armenios murieran en aquellos años, pero enmarca dichas muertes en el contexto del caos, la hambruna y los conflictos desatados en medio de la desintegración del Imperio Otomano y la I Guerrra Mundial, e insiste en que un número mayor o igual de turcos y de miembros de otras etnias del antiguo Imperio Otomano murieron en aquellos oscuros años, muchos de ellos a manos de nacionalistas armenios.
Ankara rechaza además la idea de que las muertes de armenios fuesen producto de un plan determinado, lo que implicaría la consideración de un “genocidio”, y ha propuesto sin éxito en varias ocasiones a Armenia la creación de una comisión histórica internacional e imparcial que examine todos los documentos y esclarezca los hechos.
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