La oposición turca criticó este martes por boca de la presidenta del İYİ Parti, Meral Akşener, la decisión del gobierno adoptada por un decreto del Presidente Erdoğan de sacar a Turquía del Convenio Europeo contra la Violencia de Género, más conocido como Convenio de Estambul por ser la ciudad donde se firmó, y del que Turquía fue el primer país en ratificarlo.
“No tienen ninguna preocupación por la protección de las mujeres o de nuestros hijos. Su única prioridad es proteger sus cargos. El Convenio de Estambul sigue vivo”, dijo Akşener durante un discurso pronunciado ante diputados de su partido en la sede del parlamento en Ankara, en el que acusó al ejecutivo del AKP de abandonar el convenio para captar votos entre los círculos más conservadores.
Akşener también cuestionó la autoridad del presidente de Turquía para retirar a Turquía de un convenio internacional previamente ratificado mediante un mandato presidencial. “En nuestra constitución, se establece que un decreto presidencial no puede ser emitido sobre cuestiones que deben ser reguladas por ley. En otras palabras, dice que las decisiones y decretos del presidente no están por encima ni de la Constitución ni de las leyes”, subrayó la líder del İYİ Parti.
Varios países europeos tienen “serias preocupaciones” sobre el tratado
Un decreto presidencial publicado el sábado en el Boletín Oficial de la República anunció la retirada de la República de Turquía del Convenio de Estambul, el primer tratado internacional vinculante de este tipo destinado a prevenir y combatir la violencia de género, en una decisión que fue cuestionada por varios países occidentales, incluyendo Estados Unidos, y para la que inicialmente no se dio ninguna explicación.
Al día siguiente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía emitió un comunicado en el que subrayaba que la decisión de abandonar dicho convenio no era una renuncia del Estado turco a defender los derechos de las mujeres, sino una crítica a la forma en la que estaba elaborado ese acuerdo. “Los derechos de las mujeres en la legislación nacional de la República de Turquía están protegidos por las normas más avanzadas”, aseguró el ministerio.
El comunicado continuaba diciendo que, pese a reconocer que el objetivo declarado del Convenio de Estambul es combatir la violencia contra las mujeres, algunos puntos y prácticas incluidos en el acuerdo han generado críticas y “serias preocupaciones” no sólo en Turquía, sino también en otros países, recordando que hay 6 países de la UE que no lo han llegado siquiera a ratificar, como Bulgaria, Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Letonia y Lituania.
La ministra de Familia, Trabajo y Servicios Sociales, Zehra Zümrüt Selçuk, subrayó por su parte a través de Twitter que Turquía continuará tomando todas las medidas necesarias para proteger los derechos de las mujeres turcas bajo una política de “tolerancia cero” a la violencia de género, recalcando que la violencia contra las mujeres es un crimen contra la Humanidad que el Estado turco seguirá combatiendo con todos sus medios.
El gobierno turco cree que el convenio promueve la homosexualidad
Por su parte la Oficina de Comunicaciones de la Presidencia emitía otro comunicado el domingo explicando que el gobierno turco tomó la decisión de retirarse del Convenio de Estambul por la manipulación que ciertos grupos estaban haciendo del mismo, asegurando que la idea original del convenio de promover los derechos de las mujeres “ha sido secuestrada por grupos que buscan promover la homosexualidad” y otras tendencias que son incompatibles con los valores de la sociedad turca.
Oficialmente llamado Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, el tratado fue creado en 2011 con el objetivo de establecer un marco legal común para prevenir y combatir la violencia de género, además de promover la igualdad de derechos. Turquía se convirtió de hecho en el primer país del mundo en ratificar el convenio; ahora, ha sido también el primer país en abandonarlo.
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