Un inmigrante arrojado por guardacostas griegos al mar durante una “devolución en caliente” en aguas del Egeo, cerca de la costa de Turquía, falleció ahogado por no saber nadar, anunció a última hora de ayer el ministro del Interior de Turquía, país que lleva años denunciando las prácticas ilegales de las autoridades griegas con los inmigrantes así como el maltrato y las violaciones de derechos humanos que estos sufren al llegar a Grecia.
A través de su cuenta oficial en Twitter, el ministro del Interior Süleyman Soylu confirmó que dos inmigrantes habían sido rescatados por guardacostas turcos frente a las costas de Çeşme, en la provincia turca de İzmir (Esmirna), pero que otro inmigrante había fallecido ahogado después de que los guardacostas griegos los capturasen y los arrojasen al mar, abandonándolos a su suerte.
Soylu, que consideró responsable de lo ocurrido también a la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) por permitir estas prácticas ilegales por parte de Grecia, compartió a través de Twitter un video en el que uno de los inmigrantes rescatados con vida relata poco después de ser salvado su trágica experiencia; el hombre, que aparece en el video con el rostro difuminado por razones de seguridad, explica que tras capturarles los guardacostas griegos les confiscaron todo su dinero y los teléfonos móviles.
Según asegura el testigo, posteriormente los guardacostas helenos les arrojaron al mar abandonándolos a su suerte -una práctica habitual desde hace años por parte de las autoridades griegas- y con la única ayuda de unos chalecos salvavidas que, según explicó el hombre, eran demasiado pequeños y resultaron inservibles.
“Les dijo a los guardacostas que no sabía nadar, pero no le escucharon”
“Los guardacostas griegos nos dieron chalecos salvavidas antes de abandonarnos en el mar... pero eran para niños, eran demasiado pequeños. No podíamos usarlos. Mi primo les dijo que no sabía nadar, pero ellos no le escucharon. Nos arrojaron al agua, y él se ahogó allí mismo. Sus últimas palabras fueron ‘¡No puedo nadar, no sé nadar!’ ”, cuenta el testigo. Él y su hermano -padre del fallecido- pudieron llegar nadando hasta un islote cercano, donde fueron rescatados por la Guardia Costera Turca.
Aunque es una práctica ilegal denunciada durante años por Turquía, en los últimos meses se han multiplicado los informes sobre inmigrantes que intentan llegar a las islas griegas del Egeo y que, tras ser capturados, son arrojados por guardacostas griegos al mar, donde quedan abandonados a su suerte y acaban ahogados o rescatados por guardacostas turcos. El gobierno turco, que denuncia que este tipo de prácticas son contrarias a los derechos humanos y a las leyes internacionales, ha documentado cómo en muchos casos los guardacostas helenos hunden las embarcaciones con inmigrantes para evitar que lleguen a territorio griego.
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