Turquía intenta evacuar a unos 30 ciudadanos turcos que permanecen atrapados en la asediada ciudad de Mauripol, al sur de Ucrania, sufriendo uno de los peores asedios y una de las crisis humanitarias más graves desde la II Guerra Mundial, según confirmó este viernes el ministro de exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu.
En una conferencia de prensa celebrada en Ankara junto con la vice presidenta y ministra de exteriores de Colombia, Marta Lucía Ramírez, Çavuşoğlu explicó que un total de 87 ciudadanos turcos aún no han sido evacuados de Ucrania, cifra que se eleva hasta las 190 personas si se tiene en cuenta a sus familiares y acompañantes. “Mauripol ha sido el lugar donde hemos tenido más dificultades. Damos la bienvenida al alto al fuego de ayer; después de eso, ha sido más fácil para nuestros ciudadanos salir”, dijo el ministro.
Çavuşoğlu también insistió en que, tras las últimas negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania celebradas en Estambul, Turquía sigue trabajando por lograr un acuerdo que conduzca a un cese de las hostilidades y a una solución diplomática al conflicto. “Ya hemos señalado que ha habido avances significativos en Estambul, y esto debe continuar. Seguimos manteniendo contactos a todos los niveles, sin interrupción”, subrayó.
Esta misma semana, el presidente francés Emmanuel Macron anunció que sigue sobre la mesa una propuesta conjunta de Francia, Turquía y Grecia para llevar a cabo una misión de evacuación conjunta de la ciudad portuaria de Mauripol bajo supervisión de Naciones Unidas. Francia insiste en que Moscú debe permitir que los civiles puedan evacuar la ciudad y dirigirse a un destino de su elección, así como garantizar la entrega de ayuda humanitaria a la ciudad.
Se calcula que unos 160.000 civiles siguen atrapados en Mauripol, completamente rodeada por las fuerzas rusas y donde miles de ellos han muerto ya por los bombardeos masivos, que han arrasado por completo esta antigua urbe al sur de Ucrania de casi medio millón de habitantes y destruido más del 80% de los edificios, según afirman las autoridades locales. De no evacuarse a la población civil se teme un desastre humanitario sin precedentes, debido a que la ciudad lleva semanas sin suministro de agua, alimentos, combustible o medicinas.
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