El parlamento de Turquía aprobó a última hora de ayer una nueva ley para prevenir la violencia contra las mujeres y contra los trabajadores sanitarios, que cataloga las agresiones contra estos colectivos como un “crimen”, introduciendo así penas más fuertes y medidas de prisión preventiva.
Según la nueva ley, los autores de estas agresiones ya no podrán disfrutar de rebajas en su condena por buena conducta durante el proceso judicial, ni tampoco si no hay posteriormente un arrepentimiento manifiesto. Se incrementan además las condenas por causar de forma deliberada heridas, así como por amenazas y agresiones a una mujer, y la condena por asesinato premeditado de una mujer se cambia de cadena perpetua a prisión de por vida sin posibilidad de libertad condicional.
En lo que respecta a los trabajadores sanitarios, la reforma legislativa acaba con la práctica de poner en libertad a la espera de juicio a los agresores si éstos han causado lesiones, además de -como en el caso de las mujeres- poner fin a las rebajas de condena por buena conducta. Así mismo, en caso de negligencia médica no deliberada, será el Estado quien se haga cargo de los gastos para indemnizar a los pacientes afectados, y no los profesionales sanitarios como hasta ahora.
La legislación aprobada ayer en el parlamento de Turquía además considera por primera vez el acoso como un crimen; de esta forma, quienes persigan o acosen -directa o indirectamente por cualquier medio- a mujeres, causando preocupación por su seguridad o la de su entorno familiar, podrán ser condenados a penas de entre 6 meses y 2 años de prisión; si además el acoso es cometido contra un hijo o una expareja, la pena de cárcel se incrementa hasta los 3 años.
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