La semana pasada, el primer ministro turco impulsó la iniciativa de introducir enmiendas en la Constitución, que prohíbe llevar atributos de la ropa musulmana en las instituciones públicas y los centros docentes de este país laico pero de mayoría musulmana.
Lo apoyó el Partido del Movimiento Nacionalista, de ultraderecha, representado en el parlamento. Pero en contra de ello se manifiesta el Partido Popular Republicano, el principal de la oposición, el cual ha manifestado que la autorización para llevar "turbante" puede provocar consecuencias peligrosas.
"Ninguna institución del Estado tiene el derecho a suplantar a la Gran Asamblea Nacional (parlamento de Turquía). Nadie tiene el derecho a minar la democracia turca", manifestó el presidente del parlamento, al responder a la Fiscalía General del país, la que advirtió al Gobierno de Tayip Erdogan de que es inadmisible anular la prohibición que estuvo vigente durante largos años, señala la compañía de televisión NTV.
El fiscal general turco Abdurrahman Yalcinkaya ha calificado la iniciativa del primer ministro como una que contradice la Constitución, sienta un precedente peligroso para la actividad de las fuerzas fundamentalistas y puede arrastrar el país a la confrontación.
Erdogan ha reaccionado con dureza a estas críticas, manifestando que en el país rige el principio de división de poderes y que una rama no debe inmiscuirse en los asuntos que son de incumbencia de otras.
El islamista Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP), encabezado por Erdogan, desde que está al timón del país (de 2002) en más de una ocasión ha manifestado que insistirá en anular la prohibición de llevar "turbante" y "hijab", la que rige en el país a partir de 1925.
La prensa turca, al comentar las polémicas que se desarrollan en el país en torno a ese tema, hace recordar que fueron prohibidos todos los partidos anteriores al PJD que intentaron utilizar la religión con fines políticos.

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