Aunque aún es difícil precisar el coste que tendrán los terremotos que han asolado Turquía, varios expertos señalan que los daños podrían superar los 4.000 millones de dólares, recortando el crecimiento de la economía turca en un 2% este año (el gobierno turco estimaba un crecimiento para 2023 del 5%), y reduciendo la capacidad presupuestaria del Estado debido a los esfuerzos de reconstrucción en la zona afectada por los seísmos, más grande que Portugal y que representa el 9,3% del PIB nacional. Se espera que la producción en las provincias afectadas caiga un 50% y no se recupere hasta pasados de 6 a 12 meses. El sureste de Turquía representa el 8,5% de las exportaciones y el 6,7% de las importaciones del país, aunque es improbable que la balanza de pagos se resienta, según los economistas.

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