El Banco Central de Turquía anunció hoy que prevé que la inflación en el país se acerque casi al 43% para finales de 2022, a causa del incremento de los costes de los alimentos y la energía por la guerra en Ucrania.
En marzo, la inflación interanual en Turquía se situó en el 61,14%, nuevo récord de los últimos 20 años, a pesar de los recortes en los impuestos y de los subsidios del gobierno a la factura eléctrica para aliviar la carga sobre los hogares con menos recursos; y la previsión de los analistas, es que los precios seguirán disparados al menos hasta junio.
De hecho, el propio Banco Central reconoce en su nuevo informe presentado hoy que el IPC rondará el 70% para entonces, antes de reducirse progresivamente en los siguientes meses. En cuanto al mes de abril que está a punto de terminar, los expertos consultados apuntan a un aumento de la inflación que rondará el 68% debido al conflicto en Ucrania y al aumento del precio de los productos importados.
El gobernador del Banco Central Turco, Şahap Kavcıoğlu, señalaba hoy al presentar el informe que la inflación comenzará a reducirse en los próximos meses “gracias a la disminución gradual de los desajustes entre oferta y demanda y en la cadena de suministros, así como a causa de las medidas tomadas en favor de la estabilidad de precios (en Turquía)”, y pronosticó que el IPC en Turquía se situará por debajo del 10% para finales de 2024.
Para finales de 2022, el gobernador del Banco Central de Turquía prevé ahora que la inflación ronde el 42,8%, una cifra que casi duplica la anterior estimación del 23,2% hecha por la entidad hace sólo tres meses (antes de la invasión rusa de Ucrania), y que de hecho ya era el doble que la anterior estimación para 2022 realizada a finales del año pasado, donde se calculaba en “sólo” el 11,8%.
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