Estambul, la mayor ciudad de Turquía y la cuarta más grande de Europa con cerca de 15 millones de habitantes, no vivirá otro gran seísmo similar al que azotó en 1999 la región del Mármara al menos hasta el año 2150, según afirmó esta semana el profesor Ahmet Övgün Ercan, un experto del departamento de geofísica de la Universidad Técnica de Estambul.
En declaraciones realizadas el miércoles durante un simposio sobre prevención de desastres naturales, Ercan explicó que la región del Mármara –que acoge importantes núcleos de población e industriales- debe prepararse para el que será su 17º gran terremoto de su historia.
No obstante, las actuales proyecciones muestran que no se espera un seísmo de importancia en la ciudad hasta al menos el año 2045 según las predicciones más pesimistas, una fecha que –explicó el experto- podría prolongarse en la realidad hasta 2075 “o incluso el 2150”. El gran seísmo de 1999, que mató a más de 18.000 personas en toda la región, dejó unas 300 víctimas en el distrito estambulita de Avcılar.
Pese a estar surcada por varias fallas tectónicas, el profesor destacó que Turquía no es un país de máximo riesgo sísmico y no ha sufrido nunca un terremoto superior a los 7,9 grados en la escala Richter, añadiendo que un seísmo en Estambul probablemente afectaría únicamente una pequeña área de la costa.
“Estambul no tiene ninguna línea de falla, y les garantizo que no habrá un ‘Gran Terremoto de Estambul’ como se asegura. Una ruptura en la falla es algo que no ocurrirá”, dijo Ercan refiriéndose a algunas teorías al respecto, indicando además que las estimaciones para el próximo gran sismo en la región son que alcanzará un máximo de 7,2 grados Richter, menor que el de 1999 que alcanzó una intensidad de 7,6.
El experto hizo hincapié además en que las previsiones son muy fiables y que sería muy raro ver un terremoto antes de la fecha estimada. “Hemos visto terremotos que han ocurrido mucho después de los años en que se esperaban, pero nunca antes de las fechas previstas”, dijo.
Un estudio realizado en 2014 por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y del Observatorio Sismológico Kandilli de Estambul determinó que el epicentro del próximo gran terremoto que sacuda la ciudad se localizará a unos 8 kilómetros de distancia de la costa sur de Estambul, en una región sísmica situada junto a las llamadas Islas de los Príncipes.
Desde el gran seísmo de 1999, las autoridades turcas han tomado varias medidas de prevención anti-terremotos en un país surcado por 485 líneas de falla activas que pueden producir terremotos de magnitud 5,5 o superior, según un reciente estudio; entre ellas, se han incluido campañas de información pública o la decisión de demoler millones de edificios por todo el país que no están preparados para soportar un temblor.
Pese a ello, muchos expertos insisten en que estos pasos aún son insuficientes o se están desarrollando demasiado lentamente: a fecha de hoy y sólo en Estambul, unos 30.000 edificios podrían quedar seriamente dañados o completamente destruidos en el caso de que se produjera un gran terremoto como el de 1999.
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