Miles y miles de personas se congregaron este viernes dentro y fuera de la histórica Santa Sofía para participar en el primer rezo musulmán tras su reconversión en mezquita, tras 86 años funcionando como museo, en una ceremonia multitudinaria a la que asistió el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan y también miembros de la oposición.
Miles de fieles llegados también desde otras ciudades de Turquía se congregaban desde primera hora de la mañana del viernes para este histórico día, posible después de que el 10 de julio una sentencia del Consejo de Estado tras una demanda presentada por una asociación cultural declarase que la conversión en 1934 de Santa Sofía -que había sido mezquita desde la conquista de Constantinopla en 1453- en un museo bajo el gobierno de Atatürk, había sido ilegal.
En torno al histórico edificio bizantino se tomaron estrictas medidas de seguridad, estableciendo la policía una zona acordonada en varias calles alrededor de Santa Sofía a la que sólo se permitía el acceso tras pasar por un control de seguridad y verificar que se portaba mascarilla y se procedía a la desinfección de manos.
Desde el aire, las imágenes tomadas con drones mostraban tanto la Plaza Sultanahmet como las calles de alrededor llenas de fieles, que acudieron en tal masa a la histórica ceremonia que incluso muchos tuvieron que asistir a la oración desde la explanada de Yenikapı, situada a 2 kilómetros de Santa Sofía.
Entre los políticos que fueron vistos asistiendo al evento estuvieron la ex primera ministra Tansu Çiller, y el excandidato presidencial y presidente del grupo parlamentario del partido opositor CHP, Muharrem İnce. También participó en el rezo musulmán el presidente del partido nacionalista MHP, Devlet Bahçeli; por su parte la presidenta del İYİ Parti, Meral Akşener, que inicialmente tenía previsto acudir, no pudo hacerlo por estar en cuarentena por COVID-19. Sin embargo el presidente del CHP, Kemal Kılıçdaroğlu, rehusó la invitación a asistir.
Grandes medidas de seguridad para acceder a Sultanahmet
En total se establecieron 11 puntos de control de acceso en los que además se tomaba la temperatura a los asistentes, así como 17 puntos de asistencia sanitaria con 736 miembros del personal médico apoyados por 101 vehículos y un helicóptero. Por su parte el ayuntamiento de Estambul también tomó medidas proporcionando transporte gratis hasta Santa Sofía y distribuyendo de forma gratuita agua, mascarillas, desinfectante de manos y alfombras de oración desechables.
Dentro de Santa Sofía, el suelo del templo había sido cubierto días atrás según la tradición islámica con una enorme alfombra, en este caso de color verde y decorada con motivos otomanos del siglo XVII; por su parte los iconos, mosaicos e imágenes religiosas fueron tapadas con un sistema de cortinas retráctiles durante la oración musulmana, pero permanecerán descubiertos y visibles el resto del tiempo para que puedan ser admirados por los visitantes.
El propio presidente Erdoğan, ataviado como un fiel más, estuvo presente durante el rezo musulmán en el interior de Santa Sofía e incluso tuvo ocasión de recitar en público algunos versos del Corán, antes de que la llamada a la oración resonase en los minaretes otomanos de Santa Sofía por primera vez en 86 años.
Ali Erbaş, presidente de la Oficina de Asuntos Religiosos de Turquía (la Diyanet, una institución estatal que es la máxima autoridad religiosa para los musulmanes en Turquía), dirigió la oración del viernes, mientras que dos imames y cuatro muecines han sido asignados para servir en Santa Sofía; siguiendo la antigua tradición otomana, los dos imames son reputados expertos en teología islámica y además han ganado varias competiciones internacionales de recitación del Corán.
¿Cómo funcionará Santa Sofía a partir de ahora?
Santa Sofía fue una basílica bizantina ortodoxa durante 916 años -salvo en el intervalo en que, tras la conquista y saqueo de Constantinopla por los cruzados en 1204, sirvió como catedral católica por varias décadas- hasta la conquista otomana de Constantinopla en 1453, cuando fue consagrada el Sultán Mehmet II como mezquita, función que mantuvo durante casi cinco siglos hasta que en 1934 fue reabierta como museo.
En esta etapa que se abre ahora en la que de nuevo volverá a funcionar como mezquita, Santa Sofía estará gestionada en lo que se refiere a los servicios religiosos por la Oficina de Asuntos Religiosos de Turquía (Diyanet), mientras que el Ministerio de Cultura y Turismo continuará a cargo de la gestión de los trabajos de restauración y conservación del edificio.
Uno de los monumentos más visitados por los turistas que viajan a Turquía, y parte indisociable de la silueta histórica de Estambul, en 1985 fue declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad. Al igual que el resto de las mezquitas de Turquía, podrá ser visitada gratis por personas de cualquier creencia salvo durante las cinco oraciones musulmanas diarias, durante las cuales se taparán las imágenes e iconos cristianos del interior.
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