Puede que el clima se esté calentando debido al cambio climático, pero un científico turco afirma que a corto plazo -en no más de 2 ó 3 años- lo que nos espera no es un calentamiento, sino un enfriamiento global que causará una caída de las temperaturas en todo el planeta que llegará a congelar el Bósforo, provocando sequías y una reducción de las cosechas.
Esto es lo que sostiene Doğan Yaşar, profesor del Instituto de Ciencia y Tecnología Marina de la Universidad 9 de Septiembre de İzmir (Esmirna, Turquía) y autor a lo largo de su carrera de numerosos estudios sobre la evolución de los mares y el clima. En declaraciones hechas esta semana a la agencia DHA, este prestigioso científico asegura que el planeta se encamina a un pequeño período de enfriamiento global que “será en 2022, 2023 o 2024”.
“Habrá una pausa en el calentamiento. En esta pausa, veremos congelarse el Estrecho del Bósforo en Estambul. Podremos cruzar el Bósforo a pie de un lado a otro. La última vez que esto ocurrió fue en 1929, y preveo que ocurra de nuevo en 2 ó 3 años como mucho”, asegura el profesor Yaşar, para quien lo que debe preocuparnos no es el calentamiento, sino el enfriamiento del clima.
El enfriamiento del clima traerá sequías, y hambrunas
“Un enfriamiento del clima significa sequías. Un enfriamiento del clima significa hambrunas. Es por esto que debemos preocuparnos del enfriamiento. Llevo alertando de esto desde los años 90: el calentamiento global continuará incrementándose hasta la década del 2020 (y luego se enfriará), al igual que ya ocurrió en el 1900”, explica el experto.
Sobre el peligro que entraña un enfriamiento climático, Yaşar apunta al descenso de las precipitaciones. “El problema más importante serán las sequías. Las lluvias se reducirán severamente. En segundo lugar, habrá un descenso muy serio en la producción agrícola. Con una política agrícola adecuada, esto podría traer una época de gran prosperidad para Anatolia”, señala el profesor, para quien Turquía podría convertirse en el granero de Europa.
“Durante este período (de enfriamiento), los hielos descenderán hasta la mitad de Europa, incluso más abajo. En el norte de Europa no será posible practicar la agricultura; nuestra productividad (en Turquía) también se reducirá: en lugar de 10 kilos produciremos sólo 3 ó 4. Pero tendremos producción agrícola (suficiente). Nuestros productos agrícolas incrementarán su valor (en el mercado internacional)”, cuenta este experto turco.
“El mundo llamará a las puertas de Turquía pidiendo alimentos”
Yaşar recuerda que durante el año 2008 ya se produjo un descenso de las precipitaciones de un 30%, y añade: “Nuestra última sequía importante fue en 2008. Cuando las lluvias disminuyeron, nuestra producción agrícola cayó de repente un 7%. El precio del trigo se cuadriplicó. Al igual que ahora todo el mundo quiere las vacunas chinas (por la pandemia), el mundo llamará a nuestras puertas pidiéndonos alimentos durante el enfriamiento”.
“En el Egeo (oeste de Turquía) tenemos las tierras más fértiles del mundo. Lo que necesitamos de cara al enfriamiento del clima es planear una política agrícola inteligente”, subraya. “Tenemos que usar el agua con mucho cuidado. En las grandes ciudades, debemos separar las aguas residuales del agua de lluvia (para verterla de nuevo a los pantanos)”, afirma este científico turco, quien concluye que el Estado debería asumir el control de la producción agrícola y ajustarla a las necesidades del país para hacer frente al período que se avecina.
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