Los contagios de coronavirus se han multiplicado por 8 sólo en un mes en Turquía, según los últimos datos del Ministerio de Salud de este país, donde en la última semana se han registrado más de 57.000 casos positivos y 25 fallecidos, mientras los expertos alertan ya de la llegada de una nueva ola de la pandemia que cogerá a muchas personas aún sin vacunas de refuerzo.
Los datos más recientes del ministerio indican que en la semana del 27 de junio al 3 de julio se registraron en Turquía 57.113 personas contagiadas por coronavirus: es decir, ocho veces más si compara con las 7.322 personas que habían dado positivo en la semana del 30 de mayo al 5 de junio, en la que se produjeron además 19 fallecidos por COVID-19.
Los expertos en salud llevan semanas advirtiendo que el país podría afrontar una nueva ola de la pandemia y que los contagios reales son mayores que los que se detectan; gran parte de la población ha dejado de tomar medidas protectoras después de que las autoridades decretaran a finales de mayo el fin de la mascarilla obligatoria en el transporte público, dejando su uso restringido a los hospitales.
Muchas personas han asumido que la pandemia se ha acabado y han dejado también de aplicar precauciones como la distancia social, evitar los espacios concurridos y cerrados, o la higiene de manos; y a esto se añade otro problema específico de Turquía: el número de ciudadanos turcos que se han suministrado la tercera dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus apenas ha variado en los últimos meses, y se mantiene en torno a los 27 millones para una población total cercana a los 85 millones de habitantes, lo que hace que muchas vacunas hayan perdido su eficacia frente al virus.
“El virus sigue evolucionando”
Alpay Azap, miembro de la Escuela Universitaria de Medicina de Ankara así como de la Junta Directiva de la Sociedad Turca de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, subrayó en declaraciones a la agencia de noticias Anatolia que las nuevas variantes BA.4 y BA.5 están detrás del incremento exponencial de los contagios, a lo que hay que unir “el sentimiento entre la población de que la pandemia se terminó, así que no cumplen las medidas de protección”.
“Sin embargo -agregó- la pandemia no se ha terminado, tal y como la Organización Mundial de la Salud y las comunidades científicas han estado recordando durante los dos últimos meses. El virus continúa evolucionando, y hay una nueva ola causada por los subtipos de la variante Omicrón”, dijo Azap, quien hizo hincapié en que estas nuevas variantes están demostrando ser más fuertes frente a la inmunidad proporcionada por las vacunas o por haber pasado la COVID-19.
El peligro añadido ahora es que, con más propagación debido a la relajación total de las restricciones, se incrementa el riesgo de contagio pero también el de mutación del virus. “Aunque hay una sintomatología leve en personas con la pauta de vacunación completa y entre los jóvenes, los efectos son graves en personas sin vacunas y en mayores, en pacientes con enfermedades crónicas, y en personas inmunodeprimidas”, advirtió.
La semana pasada la OMS alertó que los contagios de coronavirus se han multiplicado por todo el mundo, incrementándose un 30% en sólo dos semanas, advirtiendo además que las variantes BA.4 y BA.5 están provocando “nuevas olas” en Europa y América. Una consecuencia, subraya la OMS, es que cada ola del virus está dejando a más personas con secuelas o con COVID persistente, lo que no sólo está teniendo un impacto en los pacientes afectados y en su entorno social, familiar y laboral, sino que “también añade una carga extra a los sistemas sanitarios, la economía de los Estados y las sociedades a medio-largo plazo”.
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